Sin vueltas, Axel Kicillof blanqueó en los últimos días la principal preocupación que tiene hoy Unión por la Patria y que atraviesa la campaña en la recta final: que haya un alto ausentismo en las elecciones del próximo 13 de agosto y se repita la foto de las PASO de las elecciones legislativas de 2021. «No hay octubre sin agosto», dijo el gobernador, marcando la importancia que tienen las primarias para el gobierno como condición necesaria para fortalecerse y ganar en octubre.
En el comando de campaña bonaerense siguen varios factores de cerca cuando restan apenas dos semanas para el test electoral, que comenzará a definir la suerte de Unión por la Patria. Por un lado, el desinterés por ir a votar que ya se observó en las elecciones de otras provincias, donde hubo una baja participación del padrón, y por otro, la diferencia en intención de voto que tienen los intendentes, que supera por amplio margen a la que tienen el gobernador y más aún, a la que cosecha el precandidato presidencial Sergio Massa. Por ambas razones, se torna indispensable la campaña casa por casa y la militancia de la boleta completa para traccionar «de arriba hacia abajo». «No hay Municipio sin Provincia y no hay Provincia sin Nación», advirtió Kicillof el viernes cuando llamó a votar la boleta completa de UP.
«El objetivo es ser la fuerza más votada. Todo está puesto ahí», repiten cerca del mandatario. Si bien en la Provincia la elección para gobernador se gana o se pierde por un voto, no hay chances para Kicillof en esta situación de desmarcarse de la estrategia nacional ni de las quejas por la situación económica. La estrategia en las recorridas es convencer al electorado de ir a las urnas y, a los votantes peronistas desencantados, de darle una nueva oportunidad al oficialismo. Ya lo dijo Massa al hablar del triunfo del cordobesismo: «Tenemos que ir a abrazar a los vecinos, pedirles perdón por nuestros errores y decirles que vengan en agosto».
La participación en las PASO será clave para octubre. Los porcentajes de referencia que miran en el comando de UP son los de 2019, cuando el 78% del padrón provincial fue a votar. No quieren repetir la postal de las elecciones primarias de 2021, cuando la concurrencia fue del 68%. Esos diez puntos de ausentismo se replicaron, en promedio, en la mayoría de los distritos del Conurbano y obligaron al entonces Frente de Todos a cambiar la estrategia de campaña. Incluso en la tercera sección electoral, la única de las ocho secciones en las que el FdT ganó en esas PASO, también se desplomó en votos en comparación con 2019.
El peronismo busca ahora llegar lo mejor posicionado posible a octubre y evitar tener que remontar la elección como lo hizo hace dos años en las generales. Hace dos años, si bien subieron la participación –fue del 72%– y también los votos, eso no le alcanzó al gobierno para ganarle a Juntos por el Cambio y Diego Santilli le terminó ganando a Victoria Tolosa Paz por el 1% de los votos. Claro que se trataba de una elección legislativa y no de cargos ejecutivos, como ahora, y justamente por eso el oficialismo redobla esfuerzos.
La campaña está centrada fuertemente en los distritos de mayor peso del Conurbano y también en los municipios con más electores del interior, donde hoy gobierna la oposición, como La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca. En busca de mostrarse juntos y estar cara a cara con la gente, Massa y Kicillof tenían previsto subirse ayer a la tradicional caravana en La Matanza, junto al intendente Fernando Espinoza, pero la actividad se terminó suspendiendo por la gira del ministro por las provincias y no hay nueva fecha confirmada aún. Pese a la suspensión, el gobernador visitó el distrito más populoso de la provincia junto a la vicegobernadora y compañera de fórmula, Verónica Magario, para concurrir al festival Experiencia Matanza en el aniversario de la ciudad.
En los próximos días, Kicillof reforzará también la campaña en el interior bonaerense, en distritos difíciles para el peronismo pero que son claves por el peso que tienen en su respectiva sección electoral. Uno de ellos es Mar del Plata, cabecera de la quinta sección, adonde el gobernador tiene previsto viajar el miércoles. Allí gobierna Guillermo Montenegro, uno de los pocos alcaldes amarillos que irá colgado de las boletas presidenciales de Horacio Rodríguez Larreta y de Patricia Bullrich. La que busca desbancarlo por el peronismo es la jefa de la Anses, Fernanda Raverta. El viernes, en tanto, el mandatario pisará San Nicolás y la semana siguiente, en la recta final, llegará a Bahía Blanca. En ambos gobiernan alcaldes aliados al team halcón.