En el final de una semana caliente para el PJ, el gobernador Axel Kicillof evitó confrontar con el diputado Máximo Kirchner y se mantuvo en silencio frente a las críticas. El diálogo con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner hoy está roto y la tensión sigue. En la Gobernación se enfocan en la gestión y en el paquete de leyes que buscan aprobar en la recta final del año, mientras que la mesa política del mandatario ya prepara un nuevo acto para noviembre.
La interna no cede. Al frío reencuentro entre Kicillof y la exmandataria en el Teatro Argentino de La Plata por el 47° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo, le siguieron los dardos del líder de La Cámpora en una extensa entrevista con Jorge Rial. «Cristina tenía una debilidad enorme por él», lanzó Kirchner, quien consideró que «era muy fácil elegir entre Cristina y (Ricardo) Quintela» y también pronosticó que la jugada «le va a salir mal» al gobernador bonaerense.
En La Plata optaron por mantenerse al margen. Kicillof no respondió a los cuestionamientos y tampoco nadie de su gabinete. «La mejor respuesta es la gestión; nos votaron para eso, no para debatir con compañeros», fue la respuesta a Tiempo desde la mesa chica del mandatario.
Kicillof seguirá en los próximos días con su agenda de gestión: encabezará la apertura de los Juegos Bonaerenses en Mar del Plata, el lunes, y también el Encuentro provincial de Salud Popular en Ensenada, el martes, entre otras actividades que están en carpeta. El objetivo sigue siendo reforzar el contraste con la gestión nacional de Javier Milei. El gobernador está convencido de que su modelo de gestión es la clave para construir una alternativa política para el 2027.
En paralelo, el gobernador comenzó a activar la agenda legislativa siempre compleja de cada fin de año. Todavía no definió cuándo enviará el Presupuesto 2025 y la Ley Fiscal Impositiva a la Legislatura -los proyectos más importantes- a la espera de lo que pase en el Congreso con la ley de leyes nacional. Mientras tanto, sí giró un nuevo proyecto para reformar el régimen jubilatorio del Banco Provincia en busca de llevar una solución a los más de 3500 recursos de amparo judiciales presentados tras la sanción de ley 15.008 que impulsó su antecesora en el cargo, María Eugenia Vidal. Los dos principales cambios son la restitución del 82% móvil y la baja a los 60 años en la edad jubilatoria de las mujeres.
Además de la reforma jubilatoria del BAPRO, hay otros proyectos clave para la gestión como el «RIGI» bonaerense y la creación de la empresa estatal de emergencias en Salud, que ya fueron aprobados en Diputados y esperan sanción definitiva, al igual que la aprobación de nuevos pliegos de funcionarios judiciales para ir completando las vacantes en el Poder Judicial.
La búsqueda de los votos para todas las leyes abrirá una nueva negociación con la oposición que buscará dar el debate por la Boleta Única de Papel en la provincia, así como la necesidad de fondos frescos para los municipios frente al recorte nacional para obra pública. Pero también será una prueba de fuego para el bloque oficialista, que comanda el camporista Facundo Tignanelli en Diputados y Teresa García en el Senado, y en el que confluyen numerosos sectores de Unión por la Patria. Hasta ahora, siempre trabajaron para que los expedientes del Ejecutivo tuvieran luz verde.
Acto por la Soberanía
Mientras sigue el fuego cruzado de la interna, la mesa «kicillofista» trabaja en la organización de un nuevo acto político para el 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, en el municipio de San Pedro, donde tuvo lugar la batalla de la Vuelta de Obligado.
Los ministros, intendentes, sindicalistas y referentes sociales que trabajan en la construcción política de Kicillof, tenían en carpeta el acto desde antes del 17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista. El objetivo, igual que para esa convocatoria, es que Kicillof sea el único orador y gane en centralidad política.
El de San Pedro será el quinto acto propio en lo que va del año. El primero fue el plenario militante «La Patria no se vende», en mayo, en Florencio Varela, al que le siguió el acto por los 50 años del fallecimiento de Juan Domingo Perón en julio, en San Vicente. Allí Kicillof compartió escenario con Ricardo Quintela y, aunque Máximo Kirchner fue invitado a subir, prefirió seguirlo desde abajo, en primera fila. En septiembre se realizó un nuevo plenario en Mar Chiquita bajo el slogan «La Patria no se vende. La Provincia se organiza».
El acto por el Día de la Lealtad Peronista, que reunió a cincuenta mil personas en Berisso, el kilómetro 0 del peronismo, marcó un antes y un después con Cristina, ya que la exjefa de Estado esperaba que en ese marco el gobernador manifestara públicamente el apoyo a su candidatura en el PJ Nacional y no fuera neutral en esa disputa. «Hasta el 17 de octubre lo militaba (a Axel), pero alguien que no puede decidir entre (Ricardo) Quintela y Cristina (Kirchner) me obliga a reevaluar las cosas», disparó Máximo Kirchner mostrando el quiebre que generó el discurso del mandatario bonaerense en Berisso. «