La negociación docente en la provincia de Buenos Aires sigue en stand by a la espera del piso salarial que fije la paritaria nacional el próximo miércoles. Con ese parámetro, el gobierno de Axel Kicillof realizará ese mismo día la primera oferta a los gremios en busca de garantizar el inicio de clases del 2 de marzo.
La demora en la paritaria nacional retrasó, a su vez, las definiciones en La Plata. Hasta ahora, hubo una primera reunión el 10 de febrero con el Frente de Unidad Docente –que integran Suteba, FEB, Sadop, Amet y Udocba– y una mesa técnica salarial tres días después en la que, si bien hubo intercambio de información, no hubo ninguna oferta.
Según anticiparon fuentes oficiales a Tiempo, el gobierno bonaerense convocará a los gremios para reunirse el mismo miércoles a las 18:30, en la Casa de la Provincia, una vez que haya definiciones de la paritaria nacional. Esa paritaria es clave para el equipo de Kicillof y para las finanzas bonaerenses porque permitirá saber los recursos que desembolsará la Nación en cuanto al Fondo de Incentivo Docente.
Aunque hay hermetismo, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, adelantó que están «cerca» de un acuerdo con los representantes de los gremios Ctera, UDA, CEA, Sadop y Amet, y que el gobierno nacional hará un aporte «importante». Según trascendió, ofrecerían una suma fija y una renegociación cada tres meses: hay confianza en llegar a un acuerdo ese mismo día. El salario mínimo promedio hoy a nivel nacional está en 20.250 pesos, mientras que en Buenos Aires es de 26.700 pesos.
Tras la definición en Nación, la ministra de Trabajo bonaerense, Mara Ruiz Malec, su par de Economía, Pablo López, y la directora general de Cultura y Educación, Agustina Vila, iniciarán la discusión con los sindicalistas que deberá resolverse en 72 horas para llegar al inicio de clases con un acuerdo. El miércoles habrá mesa técnica salarial y, conforme a cómo avance, luego habrá llamado a paritaria.
La estrategia provincial ya fue revelada esta semana con los estatales y va en la misma línea que Nación: una suma fija o un porcentaje desde febrero y sentarse a discutir cada tres meses. No habrá cláusula gatillo, como piden los gremios que reivindican esa herramienta que lograron sacarle a María Eugenia Vidal en 2019 y que les permitió quedar «empatados» con la inflación anual.
Kicillof cerró el martes el primer tramo de la negociación con los estatales de la Ley 10.430 (administrativos, auxiliares docentes, enfermeros, etc.) con un decreto: les otorgó 3000 pesos a cobrar en marzo y mil pesos más desde abril. En total, 4000 pesos remunerativos que pasarán a formar parte del salario.
Los gremios docentes rechazan la idea de una suma fija porque quieren que el incremento mejore el salario básico y que impacte en la antigüedad, la jerarquía, y en otras bonificaciones como la ruralidad, que engrosan el sueldo. «Queremos un porcentaje porque hace aportes y bonifica en nuestra antigüedad y en la carrera. Si ofrecen una suma fija se debe acordar una fecha de pase al básico porque si no, es mucha plata la que perdemos», explicó a Tiempo el secretario general de Udocba, Miguel Díaz, y puso como ejemplo que sobre los 26 mil pesos que gana un maestro de grado que recién se inicia, «sólo 11 mil pesos están en blanco».
Díaz acotó que «la paritaria nacional arrancó demasiado tarde» y que «casi no quedan días hábiles para discutir» antes del inicio de clases. Lamentó «volver a la misma situación de todos los años, con negociaciones sobre la hora». No obstante, dijo que no hay voluntad de hacer paro y recordó que «históricamente» no le hicieron paros a las administraciones que recién se inician.
En la FEB, otro de los sindicatos que integran el Frente de Unidad, mostraron cautela. «Los dirigentes no decidimos paro sí o paro no, son los docentes los que van a evaluar la oferta y resolver», aclaró la presidenta de la FEB, Mirta Petrocini. «