El renunciamiento de Cristina Kirchner a postularse en 2023 dejó a todo el peronismo desconcertado y al gobernador Axel Kicillof en una posición incómoda: aunque quiere ir por la reelección en la provincia, quedó en la mira como potencial candidato presidencial. Por ahora, solo hay silencio en La Plata y algunas señales de los intendentes en torno a un posible plan B para la Gobernación.
Kicillof no quiere hablar de candidaturas ni de la campaña, repiten en su entorno. No quería antes de la condena del Tribunal Oral Federal N° 2 a la vicepresidenta, menos ahora. Repite a sus ministros y colaboradores pero también en público que está enfocado en la gestión y que falta mucho para 2023, aunque la cuenta regresiva esté a punto de comenzar. Es una estrategia para diferenciarse también de la oposición que, como dijo hace un tiempo, «lanza un candidato por semana».
Su plan, sin embargo, está en la provincia. Su objetivo es ser reelecto como gobernador. Aunque se cuida de decirlo abiertamente, porque sabe que es una decisión que deberá emerger del Frente de Todos y contar con la venia de Cristina Kirchner, cada vez que puede explica que para transformar la provincia necesita cuatro años más, algo que ya delineó en su plan de gestión «6 x 6». «Estoy absolutamente entusiasmado con transformar la provincia. Esa es mi vocación. Todo lo demás se verá a nivel electoral después», dijo hace algunos días atrás al diario La Capital consultado sobre qué haría si su jefa política le pidiera ser candidato a presidente. Y aclaró: «Pero estamos trabajando en un plan a seis años».
El jueves, durante el acto de reasunción de las autoridades de la CTA Provincia, el gobernador volvió a dar señales en ese sentido. La central de trabajadores, con el líder de SUTEBA, Roberto Baradel, a la cabeza, leyó un documento en el que incluyó un ítem bien explícito: «Apoyar decididamente la reelección del gobernador, Axel Kicillof, y así garantizar un estado presente y la defensa de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores estatales y del Pueblo Bonaerense».
Kicillof participó del plenario, aplaudió la consigna y respondió al pedido ya en el final de su discurso en el que condenó a la mafia judicial y las corporaciones mediáticas. «Estamos ante un desafío enorme y me llena de orgullo lo que resolvió la CTA. Quiero decirles que está mi compromiso de ser leal, de acompañar, de tomar esa responsabilidad y estar a la altura de eso que me están pidiendo», dijo. Minutos antes, su ministro de Trabajo, Walter Correa, también había llamado a «construir» su reelección.
En la misma línea y siempre en el plan reelección, Kicillof también dejó abierta la puerta al desdoblamiento de las elecciones provinciales de las nacionales –es decir, desenganchar ambos comicios–, como una estrategia de blindar a la provincia que concentra el 37% del padrón electoral. Claro que, igual que con la suspensión de las PASO, es una discusión que se define en la Legislatura bonaerense donde no tiene mayoría y depende sí o sí de Cambiemos. «Estoy abierto a la discusión», dijo, aunque enseguida aclaró: «No porque sea mi voluntad, sino porque es una discusión que está vigente». El desenganche ya fue intentado por su antecesora María Eugenia Vidal en 2018 cuando temía que la gestión del entonces presidente Mauricio Macri la arrastrara a una derrota, lo que finalmente ocurrió.
El anuncio de Cristina Kirchner de que «no será candidata a nada» lo puso en el centro de las miradas de los intendentes del Conurbano que plantean, todavía por lo bajo, que si Kicillof resulta el elegido para ir en la boleta nacional, uno de ellos podría competir en la provincia. El que pica en punta es el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, aunque no hay una postura unificada: otros jefes comunales apoyan la reelección del gobernador y lo han hecho público. Todos coinciden, de todos modos, en que «Axel es el que tiene mayor intención de voto». En La Plata hacen silencio, a sabiendas de que Kicillof no quiere que lo vean especulando sobre la carrera electoral.
Los intendentes de «la Liga», que integran los de la primera y tercera sección electoral, se reunieron esta semana en Cañuelas para analizar el nuevo escenario electoral y evaluar los recursos con que afrontarán el 2023 en sus distritos, donde se jugarán la reelección. El viernes volvieron a juntarse en la quinta de San Vicente para cerrar el año junto al presidente del PJ, Máximo Kirchner. En ambos cónclaves, mostraron su respaldo incondicional a la vicepresidenta, quien aunque no sea candidata seguirá siendo la conductora del espacio. «