Pese a los pesos pesados de la política que convivirán a partir del 10 de diciembre en la Cámara de Diputados la jura de los diputados no levantó temperatura. Un recinto acético sin barras y colmados de familiares despojó al recinto del habitual color de estos actos.
Apenas algunos chistes que se cruzaron entre las bancas y las galerías sirvieron para matizar la espera. La notable reducción que sufrió el massismo se nota a primera vista con tan sólo ver el pequeño espacio que ahora ocupan en el recinto. En ese marco y ante la selfie que se aprestaba a tomar el bloque antes de que comience la sesión un asesor disparó: Mirá que chico es el bloque que entra todo en una selfie.
Avanzada ya la ceremonia Facundo Suarez Lastra y Fernando Iglesias se acercaron al atril para prestar juramento. En ese momento, desde una galería gritaron: Juran por Intratables y por (Santiago) Del Moro
El resto de la ceremonia, que se extendió por casi tres horas, transcurrió con total normalidad ante la mirada de un puñado de Gobernadores, el jefe de gabinete Marcos Peña, y el ministro de Modernización, Andrés Ibarra.
La tranquilidad apenas fue alterada por algunos agregados a las fórmulas de rigor, pero nada fuera de lo común. La rionegreina María Emilia Soría, juro por el pueblo de Río Negro y la memoria de su padre; Fernando Espinoza los hizo por Perón, Eva y el pueblo de La Matanza; el bonaerese Nicolás Del Caño, juró por la verdad y la Justicia, por Santiago Maldonado y por Rafael Nahuel y por los oprimidos del mundo. En tanto, el salteño oficialista Martín Grande juró porque los delincuentes no gobiernen nunca más. Elisa Carrió, que llegó a más de una hora de comenzada la sesión, juró con la ayuda de Díos.
Mirta Paztoriza, la diputada de mayor edad, fue quien presidió la sesión durante la jura y hasta la votación del nuevo presidente de la Cámara. En este caso no hubo sorpresa y Emilio Monzó fue reelecto para ese cargo.
La propuesta fue realizada por el presidente del interbloque Cambiemos, Mario Negri y apoyada por todos los bloques, como es habitual. Por su parte, Agustín Rossi, flamante presidente del bloque del Frente para la Victoria, aprovechó la ocasión para reclamar el normal funcionamiento del Congreso y resaltó la necesidad de que durante el próximo periodo parlamentario se convoquen a sesiones ordinarias.
Monzó, recogió el guante en el breve discurso que dio una vez confirmada su relección como presidente, y se comprometió a darle curso a las sesiones ordinarias.
La sesión continuó para designar a José Luis Gioja como vicepresidente primero de la Cámara en representación del Frente para la Victoria como segunda minoría . En tanto, la vicepresidencia segunda quedará en manos del diputado mendocino por Cambiemos, Luis Petri. Finalmente la vicepresidencia tercera quedó para el interbloque argentina federal, que quedó consolidado como tercera fuerza, y el ex vicegobernador de Córdoba, Martín Llaryora, será quien ocupe el cargo.
El final de la sesión dejó plasmada la nueva relación de fuerzas en la Cámara de Diputados que tiene como principal novedad la perdida de espacio del Frente Renovador que quedó reducido a tan sólo 15 diputados y lejos de la posibilidad de que poder pelear por un cargo dentro del Cámara.
Sobre el final de la sesión los diputados Leonardo Grosso y Victoria Donda, recordaron la dificultad que tuvo el cuerpo para sancionar la ley de paridad y advirtieron a la Cámara sobre la falta de mujeres en los cargos de conducción de la Cámara Baja.