De convertirse en ley, aunque todavía sin fecha de tratamiento en comisión, el proyecto del Frente de Todos que propone subir el piso del impuesto a las ganancias a 150 mil pesos de remuneración mensual dejará fuera de alcance de este tributo a 1,2 millones de personas e inyectará unos 40 mil millones de pesos al consumo. Esto se cubriría con otro proyecto de impuesto a las ganancias, pero para empresas.
Es decir que el bache fiscal que se generaría estaría contemplado en otra iniciativa enviada por el Ejecutivo, que se trataría de manera paralela y que propone mantener en 2021 la prórroga del impuesto a las ganancias de la alícuota del 30% para las empresas. Dicho en criollo, vuelve a frenar una reducción escalonada a empresas que estaba prevista en la reforma tributaria de impulsada por el gobierno de Mauricio Macri.
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De hecho, el presidente Alberto Fernández incorporó la iniciativa, que ingresó en diciembre en Diputados, en la ampliación del temario de sesiones extraordinarias cuyo decreto se publicó en enero. El texto establece la prórroga de las disposiciones del artículo 48 de la ley 27.541 de emergencia pública sancionada unos días después de que Fernández asumiera la presidencia.
La reforma tributaria, sancionada a fines de 2017, ordenaba que la alícuota para las empresas, entonces en 35%, bajaría de forma escalonada a 30% para los ciclos fiscales 2018 y 2019 y a 25% para 2020 en adelante.
La Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, vigente desde los últimos días de 2019, suspendió esta rebaja y dejó la alícuota en 30% por todo 2020 y por eso ahora el oficialismo pretende votar la prórroga para mantener ese 30% con el cual estima compensar el dinero que dejaran de aportar los trabajadores alcanzados por ganancias.
Desde Juntos por el Cambio ya adelantaron que se van a oponer a este proyecto. En ese sentido, el diputado del Pro Luciano Laspina explicó que se trata del impuesto a las ganancias para las empresas grandes, pequeñas, medianas que reinviertan las utilidades.
En declaraciones televisivas, indicó que “eso significa que la empresa en lugar de llevarse dividendos a su casa, al exterior, al colchón, o donde quieran, decide reinvertir en la propia compañía tiene un impuesto a las ganancias inferior. En nuestro gobierno la idea era premiar más la reinversión de utilidades y castigar más la distribución de dividendos. De forma tal, que el empresario tenga más incentivo y no llevarse la plata a algún otro lado”.
“Estamos en contra de que se haya frenado esa reducción escalonada que estaba prevista en la reforma tributaria de 2017, y revertirla serpia un golpe más a la inversión productiva. Nos vamos a poner a cualquier nueva suba de impuestos”, declaró el vicepresidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda.
Se espera que el proyecto, impulsado por el propio presidente de la Cámara de Diputados de la Nación Sergio Massa, sea tratado esta semana en una reunión informativa en la que participen funcionarios del Ministerio de Economía y AFIP en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, como antesala de lo que será la apertura de Sesiones Ordinarias del Congreso el primero de marzo con el discurso del presidente Alberto Fernández.
La Asamblea Legislativa del próximo lunes contará con la presencia de Fernández, pero se realizará por primera vez en la historia argentina con parte de diputados y senadores presentes y otros conectados de manera remota a través de la plataforma que viene utilizando la Cámara de Diputados desde que comenzó la pandemia para las sesiones. Otra particularidad es que no habrá invitados, salvo el gabinete de ministros e integrantes de la Corte. Gobernadores, intendentes y representantes de distintos sectores también participarán de la ceremonia de manera remota.