Con las puertas cerradas, casi sin público y poca difusión. Ese fue el tono en que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Jujuy quiso darle al primer juicio contra la dirigente de la Tupac Amaru, Milagro Sala, acusada de haber organizado en 2009 un escrache al entonces senador y hoy gobernador, Gerardo Morales. La hora que duró la exposición de la diputada del Parlasur puede ser una de las claves de ese cerco. «La declaración de Milagro fue absolutamente contundente», dijo su abogada, Elizabeth Gómez Alcorta. Era la primera vez que hablaba en público desde su detención del 16 de enero.
El debate continuará hasta el miércoles con un desfile de testigos, entre ellos un puñado de policías que investigaron la protesta del 16 de octubre de 2009 y la presidenta de la Conferencia de Ciencias Económicas, Blanca Julia del Valle Juárez. La mujer mantiene el cargo desde aquella fecha y es una de las firmantes de la solicitada en la que la Sociedad Rural y otras instituciones del poder económico jujeño denunciaron la «intromisión» de la ONU, la OEA y la CIDH por exigir la liberación de Sala.
Mañana también los jueces deberán resolver si Leandro Despouy -que en 2009 presidía la AGN y acompañaba a Morales en la conferencia- deberá dar la cara por videoconferencia o si, como pidió la querella por sus funciones en la Cancillería, declarará por escrito. El miércoles será la sentencia.
«La primera jornada demostró que el Tribunal quería hacer un juicio con las puertas lo más cerradas posibles. Para nosotros es importante que la mayor cantidad de gente pudiera acceder a lo que estaba ocurriendo», explicó Gómez Alcorta. En esa sala se realizan los juicios por crímenes de lesa humanidad. Entran 70 personas, pero el TOF habilitó sólo 24 sillas.