Jóvenes dirigentes argentinos que participaron esta semana en el Vaticano del III Encuentro Mundial de Movimientos Populares, plantearon hoy su rechazo a la corrupción en la política y, en línea con el llamado del papa Francisco, pidieron una «alternativa» para la que describieron como una «dictadura del mercado y del dinero».
Presentándose como «jóvenes militantes de organizaciones políticas comprometidos con el destino de nuestro pueblo», un grupo de cinco dirigentes argentinos marcaron a través de una declaración divulgada en la Santa Sede su «compromiso» para «asumir el espíritu de este encuentro» que finalizó hoy con un discurso del papa Francisco ante más de 2.000 participantes.
«Nuestras ‘democracias fallidas’ no garantizan condiciones de vida digna para todos y todas», denunciaron los diputados del Movimiento Evita, Lucila De Ponti y Leonardo Grosso, y los dirigentes Itai Hagman (Patria Grande); Juan Monteverde (Ciudad Futura) y Jonathan Thea (Seamos Libres) en la declaración «Por una alternativa de los movimientos populares ante la dictadura del mercado».
Los cinco jóvenes participaron como observadores del encuentro que desde el miércoles reunió a más de 200 dirigentes de todo el mundo para reunir propuestas de acción en torno a las «3-T» (Tierra, Techo y Trabajo), el cuidado del ambiente y el drama de los refugiados.
Del acto de cierre del Encuentro, sin firmar la declaración, también participó como observador el diputado Nicolás Massot, jefe de Bloque de Cambiemos.
«Vivimos en una dictadura del mercado y del dinero, que funciona como el eje ordenador de las relaciones humanas en todos los niveles. En este contexto cobra vigencia el anhelo de construir un sistema centrado en la dignidad humana», criticaron.
«Elegimos la política porque es la única herramienta que tenemos los pueblos para transformar la realidad», plantearon y ratificaron que la entienden «al servicio de las mayorías, de aquellos que aún no acceden a un trabajo decente y permanecen atrapados en las más diversas formas de explotación».
La política debe estar, aseguraron, al servicio «de aquellas familias que aún no logran tener una vivienda digna y segura frente a un modelo de especulación inmobiliaria y mercantilización del espacio urbano; de aquellos que son expulsados de los territorios que labran y de todos los que sufrimos la agresión de quienes se benefician individualmente con la explotación de la madre tierra».
En línea con las dura críticas del papa Francisco a las personas que buscan enriquecerse con la política, los cinco jóvenes dirigentes aseguraron que «la mayoría de la dirigencia política es parte del problema».
«La política no debe ser de ninguna manera un privilegio individual, sino un compromiso colectivo. La corrupción es parte del sistema y no puede ser tolerada por quienes lo combatimos. Nuestro compromiso moral y ético es ejercer la política en este sentido, ya que es la base fundamental de cualquier práctica que se pretenda transformadora», reafirmaron.
En ese marco, plantearon desde el Vaticano que «hoy nuestro país está gobernado por fieles exponentes de la política de exclusión y mercantilización» y criticaron que «el poder del dinero avanza en Argentina avasallando derechos conquistados y profundizando desigualdades estructurales».
«Frente a este panorama, el Encuentro Mundial de Movimientos Populares nos reafirma la convicción de apostar por la construcción de alternativas políticas de nuevo tipo, que modifique de manera urgente y definitiva la realidad que nos toca vivir», sostuvieron.
Luego de que el plenario del Encuentro leyera ante Francisco un plan de acción con ideas en torno a los ejes de trabajo para impulsar, entre otras cosas, una mayor democracia participativa y la construcción de «puentes entre los pueblos», los dirigentes argentinos se comprometieron «a impulsar debates, encuentros, discusiones e iniciativas para construir una alternativa a este capitalismo voraz, depredador e insostenible».
«Tierra, techo, trabajo y democracia real son nuestras banderas para construir otro mundo posible. Inventamos o estamos», plantearon.