Promediaba el discurso de Mauricio Macri cuando, entre los gritos de la hinchada oficialista de la tercera bandeja y los abucheos de la bancada del FpV, comenzó a escucharse una voz disonante que nadie reconocía como propia. Era la diputada electa -que nunca llegó a asumir- Joanna Picetti, quien fuera dada de baja de la lista de Cambiemos cuando se difundió que pesaba en su contra una denuncia de maltrato familiar.
“Su gobierno ejerce violencia contra las mujeres”, le gritó parada en medio del recinto al Presidente. Las miradas se cruzaban y nadie sabía quién era. Hasta que cayeron en la cuenta y quisieron sacarla del recinto, pero sin tocarla. Gabriela Michetti se puso nerviosa y comenzó a pedirle que se retirara. Una empleada de seguridad se acercó también para exigirle que se fuera. Pero Picetti se quedó parada en medio del salón durante todo el discurso. La diputada del PRO Cornelia Schmidt se paró frente a ella, en un intento de frenarle el paso por uno de los pasillos que conducía directo a la banca de la Presidencia de la Cámara.
“No podés decir que vas a defender los derechos de las mujeres si tu propio gobierno ejerce violencia. Como diputada voy a defender los derechos de las mujeres”, dijo a la prensa en el Salón de los Pasos Perdidos.
“Funcionarios de este gobierno me echaron del partido, me excluyeron de una lista y con violencia me impidieron ejercer el cargo que me corresponde y eso es lo que vengo a ejercer. Me cansé de esperar justicia, me apegué a la ley, se ha usado el Poder Judicial como artimaña para violentarme. Yo me apegué a la ley, acá estoy ejerciendo mi derecho y todos los de los ciudadanos a los que represento. Soy diputada electa a la espera del fallo de la Corte, vengo a ejercer el cargo con la autoridad que me corresponde por ser diputada”, explicó luego de su irrupción.
Nadie sabe cómo pudo ingresar Picetti en medio del intenso operativo de seguridad que incluyó dos escaneos a todos los que ingresaban al Palacio. El oficialismo le echa la culpa a la oposición y viceversa.
Para Agustín Rossi, la irrupción de la no diputada de Cambiemos fue “un escándalo”. “Desde la época del diputrucho nunca habíamos visto una cosa igual, se les metió en el operativo de seguridad, que sólo fue para los trabajadores de la casa los periodistas y los diputados”. Su par Darío Martínez sostuvo que “les pasa esto a pesar de que se preocupan mucho con cuidarle la espalda al Presidente y ésta no parece la casa del pueblo con esa cantidad de vallas”.
Para Pablo Kosiner, el episodio fue «representativo del descontrol”. “Me da vergüenza, lo que se vivió hoy es la muestra del desorden la intolerancia y obstinación”.
Para Felipe Solá, la responsabilidad fue del oficialismo porque sus representantes son las autoridades de ambas Cámaras, encargadas de la organización de la sesión inaugural. “Ellos nos echan la culpa a nosotros por eso y ellos son los que mandan acá adentro”.