Desde las inefables e incorregibles travesuras urdidas en los años iniciales del siglo XIX por el padre Francisco de Paula Castañeda a los videos de Bombita Rodríguez, de las corazonadas del Mordisquito de Discépolo a los memes de EAMEO, la Argentina tiene una rica tradición de humor político, concientizador, reflexivo, crítico, confrontativo, que desnuda mecanismos del poder y vuelve más accesible y entendible la realidad. Tiempo Argentino buscó la opinión de cinco humoristas que desde distintos espacios –stand up, radio, tele, teatros, libros y, especialmente, redes sociales– despellejan al orden establecido y a quienes se aprovechan de sus jerarquías. Sus señas particulares visibles:
Gustavo Berger es un rubio peronista. Hace muy poco, en el auditorio de la UOM, festejó su función 1000° (salvo una, todas a la gorra), rutina que ya vieron más de 220 mil espectadores en todo el país. Efectivamente rubio, peronista y criado en Olivos, se interesó por la política durante el menemismo: «Mi padre quedó sin trabajo y se originó un serio bajón económico, lo que le impidió a mi familia seguir pagando las cuotas de la escuela alemana, privada, en la que estudiaba. Ingresé al Nacional de Vicente López y en 2° año, sin tener demasiado claro de qué se trataba, me postulé para delegado».
Victoria Grigera Dupuy se inició en el 2001 en el varieté Clásico amoral en Cemento. Sus padres –activistas políticos– le eligieron ese nombre, común a muchas hijas de militantes. No conoció a su papá, desaparecido durante la dictadura. Actriz de stand up, desde 2003 realizó más de 300 funciones de Montonerísima, seguido por más de 40 mil personas. En 2017 estrenó Me va a dar algo y recientemente Piñata de Rivotril.
Damián El Árabe Ramil, también con formación actoral, se inició haciendo humor de actualidad en 1998 en la Rock and Pop, hasta fines de 2018 cuando fue despedido sin causa. Antes, con el cambio de administración, lo habían cesanteado en Radio Nacional y más cerca en el tiempo, sufrió la salida del aire de Del Plata. «No hay nada como el humor para entender lo que nos pasa», afirma el animador de personajes como el payaso Peroncho, la payasa Gorililita, el payaso Mauricio que ajustar es su único oficio, el subsecretario de Asuntos Mínimos de la ciudad Juan Martín García del Pilar Pilar y su notable creación Magallanes, surgido en un programa de radio como contracara ideológica del pensamiento periodístico de su conductor Luciano Galende. Ramil aclara: «No soy un cuenta chistes; no tengo el don de los imitadores: sólo convido reflexiones ocurrentes».
Pedro Rosemblat es Pepe para sus amigos y El Cadete para quienes desde hace tiempo lo siguen en radio, TV, presentaciones personales y redes. Exestudiante de Derecho, en abril de 2012 apareció su primer libro El pibe Trosko. Activo militante kirchnerista, tras participar y brillar en el programa de Roberto Navarro, ahora conduce espacios propios en El Destape Radio y en Futurock. Su espectáculo Proyecto Bisman, junto a Martín Rechimuzzi ya superó las 130 presentaciones y fue aplaudido por más de 50 mil seguidores. En julio apareció su segundo libro, Pasaron cosas.
El cordobés Emanuel Rodríguez hace stand up desde 2009. En 2014 presentó a su personaje Peroncho. Trabajó en radio y TV en su provincia y también en La voz del interior y en la revista-panfleto La piedra en el zapato. Escribe la sección «Peroncho Delivery» en la revista Contraeditorial. En abril participó como comediante invitado en el Congreso Nacional de Filosofía. Dice: «Mi filosofía es que se vaya Macri».
–¿Qué condiciones tiene que tener el humor para que sea considerado humor político?
GB: –Nunca me lo pregunté. Un día me puse a hacer humor y era político. Desde la adolescencia tenía una necesidad imperiosa de comunicación. Hice talleres de radio, de periodismo y, finalmente, lo que buscaba, lo encontré en el humor. Es una clase de humor que tiene que tener contenido ideológico, aunque no necesariamente partidario. Yo soy muy seguidor del actor inglés Ricky Gervais, por la forma en que aborda temas riesgosos, escabrosos e incorrectos.
VGD: –El humor político es una forma de hacer política. Tiene que ser crítico de lo que nos rodea, con ideología.
DR: –Tiene que molestar. Incomodar el descanso. Por todo eso no les gustamos. Preferirían mandarnos bien lejos. El humor es esa mancha de humedad que se va extendiendo y que el dueño del departamento quiere tapar a toda costa. Lo que marca el resultado de las PASO es que la realidad siempre sale a flote, no hay manera de taparla, igual que la humedad. Uno puede asfaltar la miseria con tapas de diarios, pero la cruda realidad brota como el yuyo entre los adoquines.
PR: –Mi compañero Martín Rechimuzzi dice que todo humor es político. En mi caso, agrego que el humor es el disfraz con que enmascaro mi discurso político. Todo lo que digo lo discuto antes con Soledad y con Nicolás. Si la línea que construyo pasa el filtro de ellos, a los que respeto mucho, entonces me quedo tranquilo, porque quiere decir que pongo en valor un discurso político puntual. Para que quede claro: milito hace mucho y humorista soy hace relativamente poco. Cuando miro para adelante me veo más en la política que en el humorismo.
ER: –Tiene que hacer referencia a lo que está pasando y, especialmente, ponerse al servicio de la transformación. No basta con parodiar, incluso la simple imitación no es humor político. No hago humor para que otros se olviden un rato de sus problemas. Eso es nefasto. Hago humor para que quede en la memoria.
–¿Cómo los reciben peronistas y antiperonistas?
ER: –Mi participación en el Congreso de Filosofía me ayudó a entender muchas cosas. En la filosofía peronista el pensamiento es inseparable de la acción. Un ejemplo: hace calor; el macrismo te dibuja algo en el piso y te dice que eso es una pileta; en cambio, el peronismo te construye una pileta de verdad y pone los colectivos para que mucha gente pueda ir a refrescarse. Era más fácil hacer humor cuando el público podía llegar a fin de mes. Soy peronista abajo y arriba del escenario y sé que la nuestra es una fuerza política atravesada por las contradicciones. Si no hablo de ellas, mal podría reírme de las contradicciones de la oposición. Por poner un ejemplo: pasamos de tener a Sergio Massa de adversario a aliado. Eso también es humor.
PR: –El humor me permitió reírme de lo endogámicos y cabezas de termo que fuimos en muchos temas. Ya sé que el humor de iluminados no sirve. La llegada de Cambiemos al poder modificó mi manera de hacer humor. No es casual que mi nivel de exposición haya explotado a partir de 2016. Tiene que ver con que el humor se potencia más desde la oposición que del oficialismo.
DR: –Con los guiños de Magallanes se ríen por igual peronistas y antiperonistas. El comenta tanto el modo en que TN o Canal 13 tratan a Alberto Fernández presentándolo como el títere de Cristina y eso a alguna gente le causa gracia. Y, del mismo modo, cuando le caigo al Servicio Cívico Voluntario de Patricia Bullrich y digo que es un servicio militar light, acompañado de un colchón de finas ideas fachas, también provoca risas.
VGD: –Me reciben muy bien, en especial porque soy mujer. En la escena del humor político, predominantemente masculina, es muy interesante y necesario hacer algo por el cupo femenino. Lo único malo es que por la situación en estos años me las tuve que ver con el público bajoneado, el más pinchado de todos mis 18 años de trabajo.
GB: –En general lo que hago gusta mucho. Los antiperonistas se ríen, aunque es bastante común el espectador que se justifica diciendo, «Mirá que no pienso igual que vos. Vine para acompañar a mi esposa». El peronista también festeja, aunque algunos, incluso los del mismo espacio, se predisponen mal porque piensan que no es conveniente hablar con humor o con liviandad de ciertos temas. En especial cuando marco nuestras propias contradicciones o que nos enojamos y nos amigamos como pasa en cualquier familia.
–¿Cómo trabajan sus presentaciones y rutinas?
VGD: –Con la mayor dedicación y cuidado. Pero soy artista y soy persona: la situación general hizo que el año pasado no disfruté mucho de las funciones, porque, como lo sentía la mayoría de la gente, también yo la pasaba horrible.
DR: –En la radio sigo descubriéndole nuevas aristas a Magallanes, un hombre profundamente ignorante, discriminador, de esos que hablan sin saber aunque con aparente autoridad. Le armé una vida: una madre, una empleada doméstica a la que maltrata. Se define como apolítico y eso es justamente lo que lo vuelve muy político.
GB: –El show se va acomodando a la actualidad y por eso es imprescindible el refresco permanente. En relación a la época kirchnerista por supuesto que hubo cambios. En aquellos 12 años era más festivo, estábamos en el poder, teníamos las herramientas para transformar la realidad y lo hacíamos. En estos años macristas el show tiene mucho de acción de barricada, gente que viene a descargar su malestar frente a lo que pasa, a hacer catarsis e inevitablemente el enojo es de todos. Igual, aclaro, a mí me gusta más convencer que espantar.
ER: –Hago, para quien le interese, humor nacional y popular. Por eso actúo en teatros chicos, en unidades básicas, en centros culturales, a la gorra siempre. En mis presentaciones no me río del votante de Cambiemos, sí de sus dirigentes. No hago humor sobre ninguna persona que no esté en igualdad de condiciones en relación a mí. No hago humor sobre la discapacidad, pero sí sobre la vicepresidenta de la Nación. No me río de los que no puedan defenderse de mis palabras. Empecé cuando durante el kirchnerismo se podía hablar de todo. Ahora el humor es una vía para canalizar todo lo que no se puede decir de otras maneras. Pero, además, con cierta exigencia me planteo: ¿qué hago?, ¿otra vez chistes sobre las promesas incumplidas de Macri? No, atrasa cuatro años.
PR: –Soy un militante. Como dije antes trabajo desde y para la política. Desde las redes, principalmente en Instagram, hasta que sea necesario, seguiré mostrando mi disconformidad. Y también buscando y reforzando los mejores lugares para dejar el mensaje. Seguramente seguiré haciendo Proyecto Bisman y está la idea de abrir un canal de YouTube. En el teatro vamos cambiando los textos, adaptándolos a la coyuntura, pero Bisman estalla cada vez que en el escenario aparece La ministra Patricia.
–Muchos humoristas se quejan de los protagonistas de la realidad porque, sostienen, hacen y dicen en serio cosas muy difíciles de superar desde el humor.
PR: –El chiste, siempre, sirve para ridiculizar. Entonces, como, sea quien sea, ya la burrada se la mandaron, no hay necesidad de amplificar. En este momento hay proliferación de humor político en los memes. Eso está explotando. Todos los días hay diez, 15 chistes circulando, que me hacen reír. Hay más memes K porque nosotros tenemos un voto orgulloso: ahora queremos y defendemos a Alberto. Y tal vez venga de antes, desde que el kirchnerismo puso a la política en el centro de la escena. Eso cambió todo… También hay memes del otro lado. Diego Scott haciendo de Macri en el programa de Lanata era uno de ellos. Hay tuiteros macristas que son graciosos. Pero sin odio no hay macrismo. Desde el presidente hasta el último de los trolls tienen el mismo discurso. Un tal Licenciado Macoco eligió como foto de perfil al policía que le está arrojando gas pimienta en la cara a Mayra Mendoza.
DR: –No me enojo. Al contrario, les agradezco que conviertan a la actualidad en una referencia de humor inagotable. El humor es un arma, que puede servir para resaltar o para degradar. Imaginate: que la ministra de Seguridad nos diga que la Gendarmería es más valorada que la educación pública te da todo servido en bandeja. Cuando uno lo retoma se convierte en un chiste formidable.
ER: –Para cualquier humorista el gran trabajo actual es eludir lo que circula en las redes. La subcultura del hashtag y del trending topic limita la producción de humor y la reduce al calor de los hechos. Me cuesta mucho reírme de las cosas que dicen los políticos. Está el caso de Carrió, porque lo de ella queda afuera del catálogo de la locura y entra directamente en la perversión.
GB: –Hay muchos personajes absurdos de la política. Me río más de lo que no hacen e incluso de lo que hacen mal y no tanto de lo que dicen. Hoy, el verdadero enemigo del humorista político es el meme. Cuando algo ya se viralizó eso ya no es para vos. Pero no me preocupa: hay material de sobra.
VGD: –Algunas cosas que dice Carrió me hacen reír. Es un personaje grotesco y probablemente piantavotos. Y no sólo ella, también Vidal, Bullrich, todo el PRO. Pero la realidad siempre te la deja servida: nos gobierna El mago sin dientes con un libro de Osho en la mano. Por eso, desde 2017, digo «Me va a dar algo. Me va a dar López, me va a dar Bossio». Me duermo y sueño que Lilita Carrió me denuncia. «
Haciendo el humor
GB. Después de las PASO, publicó un video que se volvió viral. La acción en un troll center. Suena el teléfono. Atiende.
–Troll center, ¿en que lo puedo ayudar?
_…
_¿Darle de baja a Mauricio? ¿El motivo?… No llega a fin de mes… Bien… tengo para ofrecerle una promoción. Serán 2000 pesos por mes y la congelación de la tarifa de la nafta por dos meses. El contrato es por cuatro años.
Mmmm… me cortó.
DR. De un sketch radial de Magallanes: «Me pongo el despertador a las 3 de la mañana, me levanto, me acerco a la cama en donde duerme Zulma, la despierto y le grito en el oído: ¡¡¡Está despedidaaaaa!!!. Ella se angustia pero le aviso, sonriendo: Es mentira. Quédese tranquila y vuelva a dormir que cuando se despierte seguirá teniendo trabajo».
VGD. –»Jorge, mi marido, es peronista pero no lo sabe. Desde la macrisis, cuando hace mucho frío le pido que apague la estufa. Al fin, si nos enfermamos el amoxidal sale más barato que la factura de gas».
PR. «La de las encuestas es la industria que cuando peor le va más se reproduce».
ER. «Después de las PASO siento que hasta tengo más plata. Ya empiezo a oler un asadito. No te digo que estoy cantando victoria antes de tiempo pero empecé a hacer lugar en casa para repatriar a un científico… Y hasta me quiero enamorar de otro hombre para hacer gala del matrimonio igualitario, ¡y que ese hombre sea Axel!».
PARA SEGUIR
Un rubio peronista. Próx. actuaciones: www.humorperonista.com.ar.
El Árabe Ramil. Volver a las fuentes (conduce Cynthia Ottaviano) por Radio Colonia, lunes a viernes de 6 a 9; La negra pop (con Elizabeth Vernaci y elenco), lunes a viernes de 9 a 13 por FM POP.
El Cadete. Patrulla Perdida, La V, de 13 a 15, El Destape Radio; Total Interferencia, M a V de 18 a 19, Futurock. Proyecto Bisman: funciones 13/9, ND Teatro, Bs. As.; 14/9, Coliseo Podestá, La Plata; 20/9, Teatro Don Bosco, R. Mejía.
Victoria. Me va a dar algo, el 14/9, a las 21, en Paysandú 1678, Caballito. A la gorra.
Peroncho. Hoy en Lo de Pablo, Villa Allende, Córdoba. El 13/9, a las 21, CC Padre Mugica, Piedras 720, CABA.