La CGT rechazó de plano la reforma laboral impulsada por el Gobierno Nacional y desmintió las versiones sobre los avances en las negociaciones.
Además, en el marco de la conferencia de prensa que el triunvirato brindó tras la reunión de Consejo Directivo, Héctor Daer afirmó que «hay ítems que son inadmisibles».
A la hora de referirse a la reforma previsional Daer denunció que las modificaciones a la fórmula de movilidad jubilatoria por inflación futura generarían un ahorro que el Gobierno procura utilizar para compensar el Fondo del Conurbano».
El secretario del Gremio de Sanidad fue enfático a la hora de explicar el recazo por parte de la central obrera. Hay unos cuantos items, algunos totalmente inaceptables otros podrán ser discutidos o no, lo que si decimos es que descartamos de plano un avance, como se manifestó en algunos medios. Solamente le hicimos llegar al ministerio de Trabajo las observaciones sobre los tres temas que ya veníamos conversando: Blanqueo laboral, pasantías y la Agencia Nacional de Evaluación Técnica.
En ese marco aclaró: No se puesto en el plano de ninguna negociación lo atinente a la reformulación de la ley de contrato de Trabajo.
Según informó el triunvirato en principio tratará de lograr consenso respecto el proyecto de ley con el Poder Ejecutivo. En caso de no poder saldar las diferencias intentará promover modificaciones o el rechazo en el Parlamento. En ese contexto, el dirigente no descartó una acción sindical en caso de fracasar el camino del dialogo.
En tanto, los referentes sindicales también confirmaron que el Poder Ejecutivo quería una respuesta para el martes pasado para poder presentar esta semana el proyecto en el Congreso.
A su turno otro de los secretarios Generales, Juan Carlos Schmid, recordó que la CGT siempre fue crítica de la política económica del Gobierno y que en un año de mandato realizaron tres movilizaciones y un paro general.
La reunión que se llevó a cabo en el histórico edificio de la calle Azopardo duró poco más de dos horas y los únicos ausentes fueron José Luis Lingeri y Pablo Moyano. Más allá de las posturas que conviven en la CGT, el rechazo al proyecto impulsado por el Ejecutivo fue unánime.