A 40 años del conflicto del Atlántico Sur, de la guerra de Malvinas, de ese hecho fatídico que nos atraviesa a todas las argentinas y argentinos, tenemos el deber moral y hasta humano como dirigencia política de cimentar una de las más nobles causas y acuerdos a los que el pueblo argentino reconstruyó y custodio hace ya cuatro décadas. La construcción de una memoria colectiva de convicción ante ninguna guerra más, ningún país colonial ni usurpador, ningún mezquino interés por encima de nuestro reclamo legítimo e irrenunciable de soberanía argentina sobre las nuestras Islas Malvinas. Tenemos la bandera de soberanía bien en alto y no vamos a claudicar en este camino que logramos constituir, a la Causa Malvinas como política de Estado.
Somos nosotros y nosotras, los y las dirigentes de los proyectos nacionales y populares a lo largo de nuestra historia los que sostenemos la garantía de la memoria y la vigencia de la causa Malvinas como una construcción colectiva, junto a nuestros veteranos, veteranas y en memoria de nuestros caídos. Somos nosotros y nosotras, en particular las y los fueguinos, los debemos asumir el compromiso con nuestros héroes y heroínas, para que de una vez y para siempre los tres poderes que conforman el Estado Nacional, estén a la altura de lo que el pueblo argentino demanda.
Nunca más un funcionario, funcionaria o dirigente que ocupe un lugar de decisión, tiene que poner en duda nuestra soberanía argentina sobre las islas Malvinas y menos aún pensar que puede ser moneda de cambio en cualquier negociación, nunca más un Gobierno puede desmerecer el trabajo que nuestro país lleva adelante, de manera sostenida, en los distintos organismo y foros internacionales, porque es un compromiso que se lo debemos a las nuevas generaciones, que son los y las que mantendrán la Causa en lo más alto.
Respiramos soberanía. Respiramos Malvinas; venimos desde el sur de nuestra patria a seguir defendiendo nuestra tierra malvinera y la Causa Malvinas desde el sentimiento de las y los argentinos.
La democracia que supimos conseguir está construida con algunos cimientos que forman parte de la estructura más férrea de nuestra sociedad. Esta democracia joven y nuestro pueblo saben, sienten y comprenden que no hay democracia sin soberanía. Y en ese marco, quizá sean nuestras Islas Malvinas de las causas más nobles que tiene el pueblo argentino, ese recuerdo permanente y de nostálgicos que nos guía, que nos indica cuál es el rumbo correcto y cuáles son las cosas y a los lugares a los que las y los argentinos no queremos volver.
Democracia y soberanía, nada más ni nada menos. Es por eso que nuestro camino legislativo es continuo en malvinizar y cultivar la memoria malvinera, por eso es que tenemos un enorme desafío de seguir ampliando derechos para nuestros veteranos y veteranas, sus familias, el reconocimiento continuo y la posibilidad de convertir en ley el proyecto de Capacitación Integral sobre la Causa Malvinas a los tres poderes del Estado, que se sumaría a la creación del Consejo Nacional de Asuntos Relativas Malvinas, a la demarcación de la Plataforma Continental y a los diferentes beneplácitos, por lo que el Congreso de la Nación es artífice necesario para que nuestros veteranos, veteranas y caídos sean eternamente reconocidos y seguir fortaleciendo nuestra Causa en todo el país de manera integral.
A 40 años de Malvinas, y en la memoria de nuestros combatientes, con el compromiso asumido para con nuestros veteranos, veteranas, de sus familiares; nosotros y nosotras, como representantes de las provincias y de todas y todos los argentinos en el Congreso de la Nación nos toca asumir el cómo garantizar que el Estado nunca los abandonará. Que cada funcionario o funcionaria que tenga el privilegio de ser parte del Estado nacional sepa de que se trató aquella guerra, que cada funcionario y funcionaria sepa del valor estratégico de nuestras Islas, que asuma con conciencia la necesidad de levantar la bandera de nuestra soberanía nacional, para que nunca más ningún gobierno de turno se vuelta atrever a desmalvinizar la Causa del pueblo argentino, porque sabemos que más temprano que tarde volverá a flamear la bandera argentina en nuestras Islas Malvinas.
Porque estamos convencidos y convencidas que no entregaremos nuestra soberanía ni la recuperaremos de rodillas; sino que será con un profundo amor a nuestra Patria, a nuestro pueblo y principalmente en honor a nuestros veteranos, veteranas y en la memoria de nuestros caídos en combate defendiendo nuestra tierra.