En diálogo con La mañana con Víctor Hugo, el defensor público oficial ante el juzgado federal de primera instancia de la localidad chubutense de Esquel, Jorge Fernando Machado, desmintió al gobierno nacional y al juez Guido Otranto, quienes sostienen que no hay indicios sobre la presencia de Santiago Maldonado en el lugar de la represión de Gendarmería el 1 de agosto.
Lo que se sabe lamentablemente no es demasiado pero los indicios revelan que Santiago estuvo en el lugar el día de los hechos, se sabe que hay un gorro hallado en el lugar que se utilizó para el levantamiento de rastros y olores. Se sabe que estuvo Gendamería, lo que no se sabe es donde está. También se sabe que no se pudo haber ahogado. Sería imposible porque el cauce del río no es profundo, 1,4 metros, y es un lecho de muchos palos. De haberse ahogado habría quedado atrapado en el lugar. Eso se sabe, señaló el funcionario, y agregó: Se sabe que no se ahogó, que estuvo allí y que Gendarmería participó. Y los dichos de la comunidad de sostener que personal de gendarmería lo golpeó y lo cargó a una camioneta.
El lunes, Machado realizó una conferencia de prensa y también cuestionó los dichos de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien aseguró en varias ocasiones que la comunidad mapuche de Cushamen impidió el paso a los peritos para realizar el rastrillaje. Además, alertó sobre la posible adulteración de la prueba por parte de Gendarmería.
En cuanto al rastrillaje se trabajo el día sábado con los perros y con personal de Prefectura. Acá hay aspectos que se malinterpretan. Es cierto que hay una orden judicial, pero también es cierto que hay aspectos de naturaleza cultural de la comunidad mapuche que a veces son necesario consensuar. Esto no es una negativa, en ningún momento la comunidad se negó sino que siempre necesitan tener cuestiones preestablecidas porque hay lugares que deben respetarse. No se aceptaron, es cierto, la participación de drones pero se llegó a un punto deseable de poder hacer el rastrillaje con el perro y que prefectura pudiera recorrer ambos márgenes del río en un espacio determinado, explicó.
Sobre el peritaje de las camionetas de Gendamería, donde podrían haberse llevado al joven, el defensor manifestó que los 5 vehículos tenían una apariencia de estar muy impecables, demasiado, muy limpias como para haber estado en el campo, y denunció que una de las camionetas, que habían sido clausuradas por la justicia, tenía una faja rota en la inspección que se realizó en la puerta del conductor, algo que consideró un poco más que una anomalía.