La decisión se conoció horas antes de la sesión convocada para esta misma tarde en la que iba a tratarse una serie de sanciones para el legislador de La Cámpora por no asistir a las sesiones desde diciembre, cuando fue denunciado por Stephanie Caló, una militante de esa agrupación, de haberla obligado a practicarle sexo oral tras una salida conjunta con otros militantes.
En ese momento, Romero hizo un descargo en sus redes sociales admitiendo su culpa pero justificando su actitud al decir que es «un varón criado en una sociedad patriarcal» que en el pasado «tuvo prácticas machistas que parecían naturales». Amagó con renunciar a su banca, no lo hizo y desapareció de la Cámara por los últimos seis meses.
A raíz de esto, el titular del Senado, Daniel Salvador, le pidió que justificara sus inasistencias, como marca el reglamento, en dos oportunidades sin obtener respuesta. Frente a esto, se disponía a recortarle la dieta, descontándole las seis sesiones a las que no asistió. Pero esta mañana, Romero se adelantó a eso y pidió licencia por un mes: “Por medio de la presente, solicito una licencia sin goce de haberes por el plazo de 30 días a partir del día de la fecha, conforme a lo establecido en el artículo 5 inciso B y 6 del reglamento de la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires”, escribió en una escueta carta enviada a la Cámara.
El reglamento establece que las licencias ordinarias pueden ser de hasta 15 días, mientras que las extraordinarias se concederán por hasta seis meses. No obstante, si la licencia supera el mes debe asumir el suplente de la lista por la que hubiera asumido el senador titular. En este caso, ese lugar le corresponde a la ex vicegobernadora Graciela Giannettasio.
La situación de Romero, que amagó pero nunca renunció a la banca, se volvió insostenible -incluso para sus propios compañeros de bancada- luego de que el presidente de Diputados, Manuel Mosca, pidiera licencia el 29 de abril pasado sin goce de haberes tras ser denunciado también por abuso sexual por una militante del PRO. De hecho, la presidenta del bloque de UC, Teresa García, decidió hace algunos días correrlo de todas las comisiones en las que participaba en el Senado con la excusa de sus reiteradas faltas.
A esto se le sumó la amenaza de Stephanie Caló de «escrachar» a Romero en la sesión de hoy para forzarlo a renunciar, que derivó en una reunión con el presidente de la Cámara, Daniel Salvador, quien le brindó su solidaridad y se puso a disposición.
En su denuncia del 14 de diciembre de 2018, Stephanie Caló contó que todo ocurrió tras una salida conjunta con otros integrantes de La Cámpora. «El Loco Romero me agarra, me mete en el baño, traba la puerta, se baja los pantalones y, de una forma más guaranga, dijo que quería que le haga sexo oral. Le dije no y que me abriera la puerta”, contó.
Luego de que la Cámara le aprobara hoy la licencia por un mes, Caló repitió que quiere que Romero «renuncie» a su banca. «Esto es una pantalla de humo porque en 30 días, qué ¿va a volver? ¿Piensa que esto se disipa en 30 días? Ni siquiera se animó a poner la cara frente a sus compañeros. Siento impotencia. Este tipo admitió lo que me hizo, admitió que es un abusador, tiene que renunciar», dijo la víctima.