El domingo marchamos a contramano, ante los ojos de Kiki Lezcano, bajo la mirada de los comisarios, con la ranchada de nuestros barrios, contra la impunidad que siguen perpetuando, de los poderes que nos prefieren robando, desde las más duras desgracias, durante dictaduras y democracias, en caravana, entre los autos de la cana, hacia los dueños del gatillo, hasta los sueños del pasillo, mediante el activismo pacifista, para indignación del periodismo amarillista, por tanto abuso inventado, según jueces de mercado, sin obediencias debidas, sobre el indulto a los genocidas, tras haber gritado nunca más
Vamos a marchar por la paz.
El domingo marchamos a las ollas, ante hambrientos dioses kollas, bajo la sombra de un big mac, con el subsidio de bonus track, contra los saqueos a los comedores comunitarios, de los CEOS inversores en los diarios, desde un plato de congoja, durante el mandato de la soja, en exquisitos descargos, entre matecitos amargos, hacia la panza de la Rosada, hasta la Patria contaminada, mediante la colaboración de Monsanto, para la intoxicación del espíritu santo, por el infierno de los hambreados, según el gobierno de los supermercados, sin comernos ningún yeite, sobre el precio del aceite, tras vomitar el qué dirán
Vamos a marchar por el pan.
El domingo marchamos a la unidad sindical, ante la tempestad laboral, bajo el piso de ganancias, con las jubilaciones tan rancias, contra la estigmatización permanente del mantero, de parte del cliente que conduce el noticiero, desde la explotación a tantos latinos, durante la protección a talleres clandestinos, en carros de cartoneros, entre poderosos motoqueros, hacia los techos de los luchadores feriantes, hasta los derechos de los vendedores ambulantes, mediante nuestras manos, para gloria de los artesanos, por el complemento salarial universal, según el Índice Comermal, sin ningún día propicio para el paro, sobre el prejuicio del que nos mira raro, tras haber cagado al de abajo
Vamos a marchar por trabajo.
Y al carajo las preposiciones al servicio de las divisiones, porque las grandes movilizaciones siempre nos vuelven a encontrar, cuando nos proponen celebrar el apriete, pagar el costo y aguantar el ensayo, en los albores de una alegría que nadie pudo encontrar
¡El 7 de agosto copamos Plaza de Mayo!
Los Trabajadores de la Economía Popular.