Alberto Fernández anunció que intervendrá la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y eliminará sus fondos reservados para destinarlos al plan contra el hambre. El anuncio fue uno de los pasajes más celebrados por los congresistas y demás asistentes al acto de investidura presidencial, que incluso se pusieron de pie y comenzaron a cantar «Alberto presidente».
Segundos antes el flamante mandatario se había referido al sistema judicial argentino asegurando que durante su mandato se aplicará un «nunca más» a una «justicia contaminada por servicios de inteligencia. Nunca más a una justicia contaminada por operadores judiciales, procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos».
Acerca de la AFI, Fernández destacó que impulsará «una reestructuración de todo el sistema de inteligencia y de información estratégica del estado». Eso incluye la derogación del decreto 656 del 2016 «que fue una de las primeras y penosas medidas que el gobierno anterior promovió y que significó consagrar el secreto del empleo de los fondos reservados por parte de los agentes de inteligencia del estado».
La reasignación de los fondos reservados para el plan contra el hambre no solo se limitarán a la AFI. «Lo mismo haremos con el resto de los fondos reservados que el actual presupuesto nacional prevé para el resto de las fuerzas armadas y de seguridad, que serán mantenidas como tales en la medida de lo indispensable cuando necesidades estrictísimas de defensa y seguridad lo exijan. Siempre con el máximo nivel de control parlamentario».
Por último, aseguró: «Lo hago con la firmeza de una convicción profunda. Nunca más al Estado secreto, nunca más a la oscuridad que quiebra la confianza, nunca más a los sótanos de la democracia. Nunca más es nunca más».