El presidente Alberto Fernández buscará definir al próximo embajador argentino ante la Santa Sede antes de partir a Roma para encontrarse con el papa Jorge Mario Bergoglio. La audiencia privada está prevista para el viernes 31 de enero, pero la previa al viaje se empañó esta semana, cuando se conoció el naufragio de la postulación de Luis Bellando como nuevo representante, en reemplazo de Rogelio Pfirter. El gobierno sostiene que su nombre fue rechazado por el Vaticano, pero la Iglesia hizo saber en Buenos Aires que no habían llegado a analizar el pliego.
La explicación oficial es que Bellando se divorció y volvió a casarse y que sería rechazado, pero en Roma no cayó bien que le echaran la culpa a Bergoglio, cuando viene de enfrentar a los sectores más ortodoxos y les permitió realizar la comunión a los divorciados que volvieron a casarse. En medio de las versiones, fuentes de la Casa Rosada confirmaron a Tiempo que su pliego fue impulsado por el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, sin consultar a la cancillería, que trabaja para resolver “ese desgaste innecesario” antes del encuentro de Fernández con Francisco.
Salvavidas de carrera
“Puede ser un candidato o una candidata y tenemos tiempo para definirlo”, explicó una fuente diplomática. “Es notable cómo suceden las cosas, pero Beliz no le preguntó a nadie”, lamentó un funcionario que siguió de cerca el inesperado bochazo contra Bellando. En el Palacio San Martín niegan que haya un candidato, pero ya circulan los nombres de los embajadores de carrera María del Carmen Squeff y Julio Lascano y Vedia.
Squeff fue embajadora en Francia durante el segundo mandato de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner hasta fines de 2015 y luego fue nombrada por el entonces presidente Mauricio Macri en Nigeria, desde 2016 hasta agosto del año pasado. Lascano y Vedia es primo de Lorenzo “Toto” de Vedia, al frente de la parroquia de la Virgen de Caacupé en la Villa 21-24 de Barracas, y sus últimos destinos fueron Uruguay y Angola.
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En la Cancillería aseguran que “no hay nombres y hay muchos autopostulados”, pero Bergoglio ya pidió desde 2016 que el gobierno de su país natal designe a un embajador de carrera para garantizar la formalidad de la relación diplomática. Así se lo hizo saber a Macri, luego del paso de su amigo, Eduardo Valdés, como ultimo embajador de CFK. “Si hay candidatos en danza, están en manos de gente que sabe del tema, y no de alguien con rol de influencer papal. Apenas se defina el nombre del nuevo postulante se retirará el pedido de placet en la Nunciatura Apostólica e ingresará otro”, explicaron en el Gobierno.
La visita a Roma
Fernández llegará a Roma acompañado por la primera dama, Fabiola Yáñez, Beliz, el secretario de Culto, Guillermo Oliveri y el vocero Juan Pablo Biondi. Será luego de la inminente visita oficial a Israel que concretará este miércoles a Jerusalén para participar de un nuevo aniversario del Holocausto. Cerca del jefe del Estado explicaron que “no solamente hablarán de deuda, aunque muchos estén instalando eso”, contestaron a este medio.
El mecanismo para el 31 será el habitual. Primero un encuentro a solas durante el tiempo que consideren necesario, luego el intercambio de regalos y después el ingreso del resto de la comitiva presidencial. “Bergoglio le da mucha importancia a las relaciones interpersonales. Será una agenda amplia, veremos cuan larga es la reunión, pero hay buenas expectativas. Quizás ya esté el nombre del nuevo embajador, por fuera de todos los autopostulantes y del desgaste innecesario de Beliz”, insistió la fuente consultada.
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Fernández y Bergoglio ya se encontraron en Roma hace dos años mediante un vínculo generado por Oliveri, que ya fue secretario de Culto entre 2003 y 2015. En esa oportunidad, según contó este diario, Francisco le dijo el mismo punto de vista que le había espetado a Macri: que en 2016 había comenzado una venganza contra el peronismo similar a la autodenominada Revolución Libertadora de 1955. También que estaba ocurriendo una redistribución negativa del ingreso a partir de la aplicación de un plan económico con consecuencias devastadoras para el país.
Un hombre del Opus Dei en el gobierno
Beliz no es un desconocido para la Iglesia y su origen explica parte de la irrupción en el vínculo con el Vaticano. Es cooperador del Opus Dei, una organización católica conservadora creada por san Josemaría Escrivá e Balaguer en 1928. Es una prelatura personal reconocida en 1928 por el papa Juan Pablo Segundo y tiene aproximadamente 100 mil miembros. Se autodefine como «un camino de la Iglesia católica» que «comenzó su catequesis en Argentina en 1950». Al actual secretario le adjudican una estrecha cercanía. Su vicario general es el arzobispo argentino Mariano Fazio.