La condena judicial dice: «Corresponde atribuir a Jorge Héctor Di Pasquale plena responsabilidad por su complicidad en el genocidio perpetuado durante la última dictadura cívico militar (1976/1983)». El fallo del Tribunal Oral en lo criminal Federal Nª1 de La Plata lo sentenció a prisión perpetua en 2014 por los crímenes que cometió en el juicio por el Centro Clandestino de Detención denominado «La Cacha». Uno de esos crímenes fue secuestrar, torturar, asesinar y apropiarse del bebé de Laura Carlotto, la hija de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. Pero a años de aquella sentencia, el represor presentará este jueves en la Feria del Libro «Crónica de una guerra negada», un libro de su autoría que reivindica el Terrorismo de Estado.
Como está preso en la Unidad Penitenciaria Federal N°34 de Campo de Mayo -fue condenado también en Neuquén- su presencia será reemplazada por la de dos periodistas, Gabriel Levinas y Ceferino Reato. La presentación tiene un antecedente: el año pasado, la reacción de organismos de derechos humanos evitó que se proyecte un documental que hacía apología del terrorismo de Estado.
La presentación del libro “Crónica de una guerra negada” está programada para las 20.30 en la sala Carlos Gorostiza y será presentada por Guillermo César Viola y Ana Barreiro. Está anunciada en la programación de la Feria, pero la promoción la hizo AFyAPPA, la organización que preside Cecilia Pando para dar apoyo a los genocidas, a quienes consideran presos políticos. «La verdad nos permitirá encontrar un camino de concordia para el futuro!», dijo ese grupo al anunciar el evento.
Di Pasquale está preso en la Unidad 34 de Campo de Mayo, donde purga una condena a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad cometidos en La Cacha, entre ellos los homicidios de Carlotto y de Olga Noemí Casado, dos embarazadas a las que les robaron sus bebés en ese centro clandestino que funcionó en la antigua planta transmisora de Radio Provincia, en las afueras de La Plata. Pero sobre el represor también pesan condenas de Neuquén, donde revistió antes de llegar a la capital bonaerense.
El represor tiene 71 años. Pero a sus treinta era Capitán de Artillería del Ejército Argentino, y para fines de 1977 revistó en la Sección Central de Reunión y en la Sección Reunión Interior del Destacamento 101 de Inteligencia del Ejército, el órgano de inteligencia dependiente del temible Batallón 601 que ordenaba los secuestros y gobernaba La Cacha.
«Ocupaba una posición cumbre en el 101», recordó Emanuel Lovelli, abogado de Abuelas que pidió condena en el juicio. En su alegato en el debate, junto a la letrada Coleen Torre, pidieron que lo condenen a perpetua junto a otros 15 represores. Frente al Tribunal, explicó: “¿Por qué La Cacha se llamaba así? El nombre se lo pusieron los secuestradores, es decir que todos allí sabían lo que ocurría. Porque recordemos que lo llamaron así por la Bruja Cachabacha, que hacía desaparecer gente”.
El libro de Di Pasquale que presentan Reato y Levinas fue escrito en la Unidad 34 de Campo de Mayo, un refugio para los militares que no logran acceder al arresto domiciliario, para que se sientan como en casa: tiene campo de deportes, canchas de vóley y de fútbol y quincho, y aunque se había dejado de usar como cárcel en 2013 cuando se fugaron dos militares del hospital Argerich, volvió a utilizarse para recibir represores con el arribo de Cambiemos al gobierno.
En la promoción de “Crónica de una guerra negada” se anuncia como «La verdadera historia» de lo que llaman un proceso de guerra revolucionaria que «junto con la enumeración de los episodios bélicos se enriquece con el análisis de los sucesos políticos de la época».
En esa misma publicidad que difundieron por YouTube, aclaran que el autor está preso en Campo de Mayo. Pero, además, subrayan que Di Pasquale «participó activamente en las sublevaciones militares de los carapintadas».