El financista arrepentido Leonardo Fariña contragolpeó contra sus exabogados y ahora acusadores Franco Bindi y Giselle Robles, a quienes llamó “caraduras”. Al ampliar declaración indagatoria ante el tribunal oral que juzga -entre otros- al empresario Lázaro Báez, Fariña se quebró cuando habló de su padre enfermo y de su hijo, a quien no puede “pagarle la cuota alimentaria completa”. Además, desmintió que perciba “200 o 300 lucas del Ministerio de Seguridad o de Justicia” y aseguró que su declaración incriminando a Báez en manejos irregulares de la obra pública durante el kirchnerismo “no fue guionada”.
La de este miércoles fue la segunda escala de una declaración en etapas. El martes declaró ante el juez federal Claudio Bonadio y entre el jueves y el viernes se presentará en Dolores, ante el magistrado Alejo Ramos Padilla. En cada caso, Fariña utilizó su tiempo para embestir contra sus ahora acusadores, Bindi y Robles, quienes ahora -según afirmó- están asistiendo a Báez. “Eso es prevaricato”, advirtió.
Incluso señaló que esa situación dual se insinuó cuando todavía eran sus defensores: “Los intereses de mi defensa estaban en sintonía con Lázaro Báez”. Fue entonces cuando, después de un escrito presentado por Robles ante el juez federal Sebastián Casanello (que calificó como “agraviante” hacia el magistrado), resolvió “despedirlos”. Pero reconoció que sus abogados “se adelantaron un día” y renunciaron a su defensa antes de que fueran echados.
La abogada Robles denunció en Dolores que la declaración indagatoria en la que Fariña inculpó a Báez por la obra pública fue “guionada” por servicios de inteligencia y por el ministro de Justicia, Germán Garavano, a cambio de concederle la excarcelación, después de casi dos años detenido en una causa por lavado de activos en la que finalmente fue condenado a cuatro años de cárcel. (la sentencia aún no está firme).
La declaración de este miércoles tuvo momentos casi confesionales. Por ejemplo, cuando Fariña reconoció que la empresa constructora de Báez, Austral Construcciones, perdió la licitación de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en Santa Cruz con financiamiento chino, “por la causa conocida como la ruta del dinero K”. O cuando admitió: “Toda mi vida ‘laburé’ con finanzas negras y esa es una mancha que me pesa a cada paso”. En ese contexto aludió, casi como un desafío, a “cantidad de empresas que no están en este juicio”. Y amagó con hablar de “cheques” relacionados con el ex gobernador bonaerense Daniel Scioli, pero el tribunal lo frenó porque “no hace al objeto procesal de esta causa”.
Sobre el final de la audiencia, el también imputado financista Fabián Rossi, ex marido de Ileana Calabró, le preguntó por qué no accedía a responder preguntas. El tribunal tronchó esa respuesta, es decir, no lo dejó responder.
El abogado de Báez, Víctor Hortel, pidió al tribunal que cite a prestar declaración como testigos a los abogados Robles y Bindi y al ex juez federal de La Plata Carlos Rozanski, también aludido por Fariña. Los jueces resolvieron “tener presente” la propuesta pero postergaron su eventual aceptación por dos semanas: las audiencias son los miércoles y el próximo no habrá porque será feriado por el 1º de mayo.