El tribunal oral federal que mantiene preso al empresario Lázaro Báez concedió este miércoles una morigeración de su arresto y le permitió la salida de la cárcel para una prisión domiciliaria, previo depósito de 632 millones y medio de pesos.
Después de casi cuatro años y medio encerrado, Báez –sobre quien ni siquiera pesa aún una condena de primera instancia- abandonará la cárcel pero en calidad aún de detenido.
El fallo fue forzado por una decisión de la Cámara Federal de Casación, el máximo tribunal penal del país, que durante los últimos años mantuvo una actitud hostil hacia los imputados y encarcelados ex funcionarios del gobierno 2003-2015.
Durante la mañana, Casación, en un fallo firmado por los jueces Mariano Borinsky y Javier Carbajo, consideró que Báez no podía seguir así, y poco menos que le indicó al tribunal oral federal número cuatro que pusiera fin a esa situación.
Entonces los jueces Jorge Gorini, Néstor Costabel y Daniel Obligado concedieron la excarcelación en una de las causas en las que está imputado Báez, pero dejaron en claro que si hubiera sido por ellos, seguiría encerrado, pese a que están excedidos todos los plazos legales permitidos para la prisión preventiva. “Sin perjuicio de mantener incólume el criterio expuesto en la resolución antedicha, en función de lo resuelto por el tribunal superior y siguiendo las pautas allí establecidas, corresponde hacer lugar a la solicitud efectuada por la defensa del imputado”.
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La abogada de Báez, Elizabeth Gasaro, había pedido una y mil veces la salida de su cliente de la cárcel. El juez Sebastián Casanello, en otro expediente, había accedido a la domiciliaria, pero el Tribunal Oral persistía en dejarlo encerrado.
En esta jornada le concedió la excarcelación, pero aclaró que Báez quedará sometido al “Programa de Asistencia a Personas Bajo Vigilancia Electrónica del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos mediante la colocación de un dispositivo de monitoreo electrónico de GPS –con un radio de 100 km. a la redonda del lugar de residencia informado-, debiendo notificar cualquier cambio, como así también toda circunstancia en virtud de la cual deba ausentarse del mismo por más de 24 horas”.
La excarcelación encierra una trampa. Por un lado, Báez –quien tiene todos sus bienes inhibidos y embargados- deberá juntar unos cinco millones y medio de dólares para cumplir con los requisitos de la excarcelación. Pero una vez obtenida la excarcelación, no quedará libre sino en domiciliaria por el otro expediente.
“De cumplirse con las obligaciones aquí impuestas en forma previa, la excarcelación del imputado del modo dispuesto en la presente no se hará efectiva a tenor del arresto domiciliario ordenado en aquella causa”, la de Casanello.
El juicio oral por presunto lavado de dinero en el que Báez comparece con otros imputados, entre ellos el financista arrepentido Leonardo Fariña, está en su etapa final y sólo por la pandemia es que no se ha llegado aún a un veredicto de primera instancia.