Entre el exámen físico con el que un juez le negó la domiciliaria y el otro con el que un tribunal se la otorgó, el peso corporal del represor Miguel Osvaldo Etchecolatz varió ocho kilos. Los médicos penitenciarios que lo atendieron al inicio de la huelga hambre, informaron que pesaba 73 kilos y que había bajado hasta 66, mientras que el Cuerpo Médico Forense, en otro estudio anterior, lo había dado por sano con 67 kilos. Por esa diferencia, los fiscales federales de La Plata pidieron que se investigue si los médicos del Servicio Penitenciario Federal (SPF) falsearon datos sobre la salud del represor Miguel Osvaldo Etchecolatz e indujeron al error al Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 (TOF1) que le otorgó la prisión domiciliaria por razones “humanitarias”.

La denuncia de la Unidad Fiscal de La Plata con competencia en delitos de lesa humanidad, fue formulada el viernes último ante el juzgado federal N°3 del juez federal Ernesto Kreplak. En la presentación fiscales generales Marcelo Molina y Hernán Schapiro y el fiscal ad hoc Juan Martín Nogueira marcaron las diferencias del peso de Etchecolatz entre un informe del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema elaborado en abril y otro rubricado en julio por los médicos penitenciarios del hospital intramuros de la cárcel de Ezeiza.

El estudio de los médicos del Hospital Penitenciario Central de la Cárcel de Ezeiza, indicaron que el represor perdió 8 kilos durante la huelga de hambre que inició para reclamar su prisión domiciliaria. En base a esa supuesta pérdida de peso, recomendaron la domiciliaria para el ex comisario. Pero apenas tres meses antes los médicos de la Corte habían advertido que el represor, con 67 kilos, estaba sano y en condiciones de permanecer en prisión.

“Podríamos encontrarnos ante una posible estafa a la administración de justicia a través de la falsedad ideológica de los informes remitidos a la causa por los funcionarios actuantes”, dijeron los fiscales. Y advirteron el “especial interés” que cobra esa diferencia de peso “toda vez que resulta un aspecto cuasi determinante a los fines de valorar la incidencia de la huelga de hambre en la salud del imputado”, indicaron.

La semana pasada, los organismos de derechos humanos y particulares querellantes en causas contra Etchecolatz habían advertido lo mismo y presentaron un escrito al TOF1, en el que señalaban esas diferrencias y advertían que el fallo que se aprestaban a emitir -favorable a la domiciliaria- podía resultar “viciada de nulidad”.

El TOF1 le otorgó la primera domiciliaria el 22 de julio -desoyendo lo que decían los médicos y el dictamen fiscal- y Etchecolatz inició una huelga de hambre porque el beneficio no se hizo efectivo. Fue ahi que los médicos penitenciarios lo pesaron con 8 kilos de más. Pero para la Fiscalía no es creíble que Etchecolatz hubiera aumentado seis kilos en tres meses y que, tras una huelga de hambre de 18 días, hubiera regresado a un peso similar al inicial.

Etchecolatz recibió sentencias favorables de diferentes tribunales: el TOCF N°1 de La Plata le otorgó la prisión domiciliaria en la causa por dos homicidios por los que fue condenado en 2014, en tres causas que están en etapa de ejecución de la pena (la causa Camps de 1986, la causa «Bergés-Etchecolatz» de 2004 y la «causa Etchecolatz» de 2006) y en las causas por los crímenes en el Circuito Camps (condena de 2012 en revisión) y Quilmes, en la que aún no se fijó fecha de debate. En estas últimas la decisión fue adoptada el viernes pasado y la Unidad Fiscal adelantó a Fiscales que prepara el recurso de casación para solicitar su revocación.

El TOCF 6 de la Capital Federal y la Cámara Federal porteña le otorgaron el mismo beneficio en dos causas por los crímenes en el centro clandestino que funcionó en la Brigada Güemes.

La domiciliaria no se hizo efectiva porque Kreplak le denegó los pedidos en causas que están en instrucción.