La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, sostuvo que la democracia argentina “es legal pero es ilícita porque comete acciones ilegales todo el tiempo, como reprimir o decir que se puede usar un arma” y convocó a dejar a un lado las diferencias y “estar juntos para resistir” en la segunda jornada del 1° Foro Mundial de Pensamiento Crítico.
“Nosotras no tenemos odio, lo que tenemos es un hacer de memoria, verdad y justicia, que no son tres palabras vacías sino que contienen la necesidad de hacer que se cumpla. Tenemos la democracia más larga de la historia, porque tenemos que llamarla democracia a esto que estamos viviendo”, indicó la presidenta de Abuelas.
Al hacer referencia al contexto que vive el país, Carlotto sostuvo que “tenemos fuerza, somos capaces, pero no tenemos que desbandarnos, no tenemos que estar buscando las diferencias, tenemos que estar juntos para resistir, para cambiar y para volver a tener el país que ya tuvimos en la década ganada”.
“Nosotras queremos que se termine el gobierno en tiempo y forma pero vamos a tratar de frenar cuando veamos que se cometen acciones contra la democracia, como hicimos el año pasado cuando frenamos el 2×1 a los genocidas”, aseguró la Abuela de Plaza de Mayo, quien compartió la mesa “Derecho a la Memoria” con la socióloga brasileña Eleonora Menicucci de Oliveira.
Al hacer un repaso por su historia personal y la de Abuelas, Carlotto recordó que “yo tenía un proyecto de vida muy burgués, pero era lo que yo había construido a partir de la lectura de Clarín, La Nación y La Prensa, que aún hoy nos siguen mintiendo u ocultando lo que pasa en el país”.
Sobre los años de la dictadura cívico militar, la mujer -que hoy tiene 88 años-, recordó uno de los últimos cafés que tomó con su hija Laura -desaparecida y asesinada- y la conversación sostenida en la cual mientras Estela le planteaba que ya tenían todo organizado para su salida del país, su hija le decía que ella no se iba porque “su proyecto era aquí”.
“Cuando yo le dije que la podían matar ella me respondió que nadie quería morir, pero que si eso sucedía, su muerte no habría sido en vano. Y no lo fue, porque mirémonos acá, acá están los 30 mil”, expresó la Abuela ante un auditorio que la aplaudió emocionado.
Carlotto definió la justicia social como “el derecho de todos a vivir bien, con casa, salud, trabajo, ocio, bienestar: Qué lástima escuchar cuando se echa en cara a ‘los negros o a los pobres que quieren un televisor o vacaciones. Todos tenemos derechos, y si los perdimos hay que volver a encontrarlos”, aseguró.
En Brasil, la lucha de las mujeres
Por su parte, Eleonora Menicucci de Oliveira, ex funcionaria de Dilma Rousseff, comenzó su exposición rindiendo homenaje a la política feminista brasileña Marielle Franco asesinada este año por su condición de militante.
“Hablar de derechos humanos en una época de neoliberalismo tan salvaje y tan cruel es hablar de memoria y de justicia y básicamente es un momento de reflexión para radicalizar las democracias en América Latina”, sostuvo Menicucci de Oliveira.
Y alertó que Brasil vive una democracia donde se persigue a las organizaciones de memoria, en tanto “hay un impacto especialmente negativo de las políticas neoliberales sobre las mujeres, los negros y las poblaciones LGBTI que son perseguidas y hostigadas”.
Tras reconocer la importancia de la lucha de las mujeres por la ley de acceso a un aborto seguro, legal y gratuito, la socióloga concluyó que “no existe democracia sin derechos humanos, que no es hablar del pasado, sino pensar en un concepto ampliado que contemplen a las mujeres, negros y población LGBTI de hoy”.