“Está difícil la cosa para hacer nuestro trabajo”, aseguró el fiscal federal Federico Delgado luego de que la Cámara Federal reabriera una causa iniciada por el titular de la AFI, Gustavo Arribas, contra él y Sergio Rodríguez, fiscal de Investigaciones Administrativas, por investigar el supuesto cobro de coimas de Odebrecht.
En diálogo con Gustavo Sylvestre en Radio 10, el fiscal aseguró que “la denuncia (impulsada por Bonadio) por el caso Meireles vinculado a Odebretch es un helado caliente, es un invento”.
El fiscal destacó el efecto que puede tener hacia adentro del Poder Judicial. “Es un mensaje brutal”, explicó.
“Además de la persecución explícita hacia Rodríguez y hacia mí, tiene un efecto horrible para adentro de la burocracia judicial. Ahora la Cámara Federal le dice a Rafecas que tiene que recrear la escena del crimen, o sea, el momento en que hicimos una teleconferencia con Brasil, que fue filmada. Ahora deberán desfilar ante Rafecas técnicos en computación, traductores públicos, asistentes, secretarios, que no tienen nada que ocultar pero tampoco nada que ver”, relató y agregó: “Con qué cara le pediremos a nuestros compañeros que nos ayuden si luego deberán darle explicaciones a un juez federal”.
“Uno siempre piensa que la AFI hace cosas a escondidas, pero esta vez es explícito, con la firma del jefe”, sostuvo Delgado. “El disciplinamiento ya es hacia todos. Yo no tengo la culpa de que Meireles haya nombrado a Arribas”, opinó.
Sobre su vínculo con Bonadio, quien impulsa la denuncia de Arribas en su contra, señaló que lo “sufre” desde hace muchos años. “Bonadio me expulsó de la causa de Once, lo vengo sufriendo hace tiempo. Lo que es nuevo es que la Cámara Federal haya hecho una especie de coalición para inventar procesos, es violencia institucional. Cuando estas cosas se naturalizan, vivimos en libertad condicional”, manifestó.
Por último, Delgado también se refirió a los dichos publicados por medios del ex secretario de Obras Públicas José López, quien habría declarado ante Bonadio que los bolsos de dinero que intentó ocultar en un convento eran de la ex presidente Cristina Fernández.
“Con la prueba que teníamos, la versión de los diarios no es compatible”, sostuvo Delgado, quien investigó el caso.
“Nosotros reconstruimos el camino de López a través de los videos del peaje, cámaras del convento y a través del vecino Jesús, y siempre circuló solo. Dimos por verídico que sacó la plata de su casa, escondida en un tanque de agua”, aseguró y agregó: “La duda que me genera su arrepentimiento es que haya tenido otro teléfono que nosotros no pudimos encontrar, porque si no la historia de los llamados no estaba en el expediente”.