Un ex agente de Inteligencia al borde del arrepentimiento y la prueba colectada en la causa que investiga el juez de Lomas de Zamora Federico Villena confirman que el gobierno de Mauricio Macri espió, con intención de meterlos presos, a los sindicalistas Hugo y Pablo Moyano. El teléfono celular secuestrado al abogado y ex agente AFI Facundo Melo contenía documentación sobre el espionaje a los Moyano. Esa prueba, además, fue corroborada por otro agente de inteligencia, Jorge “El Turco” Sáez, ante la Comisión Bicameral de Inteligencia.
Ambos, Melo y Sáez, integraban un grupo de Whatsapp llamado “Argentina”, que completaba otro exespía, Leandro Araque. Sáez y Araque son, además, ex policías de la Ciudad. El juez Villena tiene documentos que prueban que la AFI de Macri espió a los Moyano por su activismo en el “21F”, una masiva manifestación ocurrida el 21 de febrero de 2018 contra el gobierno de Cambiemos. Atribuyó la participación de Camioneros en esa protesta a una supuesta intención de los Moyano de “disputar a la CGT la conducción del movimiento obrero».
En ese contexto, a fines de mayo de 2018 un “Informe Secreto” titulado «amenazas de Hugo Moyano sobre paro de camioneros» atribuyó los reclamos sindicales “a la puja del gremio de camioneros con los empresarios por la paritaria salarial y, además, a una supuesta causa judicial por lavado de dinero en la que habría sido citado el mencionado Moyano ante el Juzgado Federal 2 de Córdoba”.
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En junio de 2001 fue elaborado otro documento de inteligencia titulado “Operación camión señor», en el que figuran datos “personales privados” de sus hijos Hugo y Pablo, “ambos dirigentes sindicales del gremio de camioneros». El espionaje ilegal –según el expediente- incluyó “vigilancia sobre el domicilio y los vehículos que utiliza para su movilidad”; “vigilancia a un domicilio atribuido a Moyano”; “planas de dominio y fotografías del rodado usado por Moyano y un detalle de los movimientos realizados en dicho rodado”.
En agosto de 2018, otro documento consignaba que “representantes del gremio estarían realizando ‘aprietes’ a empresarios del ramo”. Y otro, anterior, citando a “fuentes vinculadas a movimientos sociales”, los espías reportaron “un acuerdo entre Moyano y (Juan) Grabois en donde se habría acordado que a cambio de dinero dichas organizaciones acompañaría la movilización. Se indica que podrían producirse incidentes”.
El objetivo de encarcelar a los Moyano fue atribuido por el ex espía Sáez a su jefe, Alan Ruiz, quien reportaba directamente a “la ocho”, Silvia Majdalani, la segunda de Gustavo Arribas en la AFI. “Él quería meterlos a Pablo y a Hugo presos y quería que Omar Pérez ocupara el lugar de Hugo Moyano. Entonces, dice: ‘Ustedes me tienen que hacer la conexión con él. ¿Por qué? Porque yo ya lo hablé con Silvia y con ‘el cinco’ (Arribas), y si ustedes me hacen la conexión, vamos a hacer lo siguiente: una noche ustedes me lo van a tener que trasladar a la Shell de Ituzaingó, en la autopista del Oeste. Ustedes me van a esperar ahí”. En ese incomprobable plan, Ruiz –siempre según Sáez- anunció: “Voy a venir con Silvia, con Arribas y con Marcos Peña. Lo vamos a llevar a una casa y le vamos a ofrecer todo para que no nos paren todas las rutas y no nos bloqueen todos los puentes. A él lo vamos a empoderar y el día de mañana lo tenemos debajo de nuestro brazo”.
El seguimiento a los camioneros llegó hasta una unidad básica ubicada en Valette 228, de la localidad bonaerense de Esteban Echeverría. Allí, efectivamente, hay un local peronista. “Hugo y Pablo Moyano, Roberto Baradel y Gustavo Vera estaban invitados pero no asistieron. Fue orador del acto Aníbal Balmaceda, secretario general de Suteba, quien en un discurso fue duro con las políticas económicas del gobierno nacional y con los funcionarios de la provincia. El orador dijo en forma efusiva que el gobierno los quiere callar y que no hay que bajar los brazos porque hay que voltearlos”.
El informe está acompañado de una foto de la reunión y de un camión “en el cual se habrían cargado los elementos recolectados en la reunión”. En junio de 2018, el grupo de espionaje ilegal, “a través de fuente propia”, detectó la llegada de Pablo Moyano a Comodoro Rivadavia para participar en una asamblea en la intersección de las rutas 3 y 26 en la que también participarían “otros dirigentes, quienes se abocaron a conocer la problemática sindical local”. El movimiento fue definido como “fuerte y duro en la toma de decisiones” y de los “primeros en plantarse en planes de lucha en los lugares de trabajo que emanan de los Moyano en una rama esencial del transporte”.