El jueves 7 de julio, tres días después del ataque a Tiempo Argentino, y mientras el presidente Mauricio Macri calificaba de usurpadores a los trabajadores de la cooperativa que edita el matutino, el Ministerio de Seguridad y Justicia de la Ciudad de Buenos Aires respaldó el accionar de la patota de Juan Carlos Blander escudo del empresario Mario Martínez Rojas, supuesto comprador del diario y le renovó la habilitación a una de sus empresas para que siga operando en el área metropolitana. Se trata de All Access SRL, vinculada a Control Star Service SA otra sociedad de Blander a través de Gustavo Ariel Villalba, que figura como directivo en ambas agencias.
El trámite de extensión quedó formalizado a través de la Dirección General de Seguridad Privada que depende de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana de la cartera que encabeza Martín Ocampo, hombre del operador PRO Daniel Angelici y jefe político de la Policía Federal de la Ciudad que garantizó la entrada y salida de los violentos del edificio de Amenábar 23. Según la documentación oficial a la que tuvo acceso este diario, en la nómina de vigiladores privados habilitados aparecen varios de los soldados del grupo que destruyó la redacción de Tiempo.
Uno de ellos es Gabriel Martín Moraut, calificado como «vigilador sin arma en eventos masivos y locales bailables». Además de trabajar para All Access SRL, Moraut figura en los registros públicos como empleado de Cap Pretorian SRL, empresa radicada en La Plata que tiene contratados a otros de los violentos que destrozaron las instalaciones de la cooperativa.
Esa misma firma, según detectó este diario, también cuenta entre sus filas a Juan Carlos Moreno, protagonista de la invasión y destrozos durante la lluviosa madrugada del lunes. Moreno tiene 51 años y en 1998 fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 5 porteño a 13 años de prisión por corrupción de menor agravada por la guarda que ejercía sobre la víctima. Salió en libertad en septiembre de 2004 y ahora vive en González Catán.
Marcelo Mauricio Caña, también trabaja para Cap Pretorian SRL, al igual que Pablo Javier Batista, Esteban Oscar Díaz y Carlos Alberto Ruiz Díaz. El ciudadano de origen peruano Omar Henry Castro Vargas es otro de los empleados de la empresa. En el pasado trabajó para All Access SRL.
Otros patovicas reclutados telefónicamente por Blander durante la tarde del domingo fueron Julián Zacarías Sosa, Omar Osvaldo Ontivero, Carlos Roberto Antivero, y Rodrigo Ezequiel Roldán.
La lista de violentos la completó Leonardo Ramírez Ovidio. Nacido en 1975, estuvo preso en la cárcel de Devoto por robo simple reiterado, condenado por el TOC 17 a cuatro años de prisión.
Encubrimiento
El barbado Juan Carlos Blander, protector personal de Martínez Rojas, no tuvo una buena semana. Su cara apareció en todos los noticieros y aquellos que lo conocen señalaron que «caminaba por las paredes» por la repercusión del ataque a Tiempo. Una ex empleada del empresario Daniel Grinbank contó que verlo rodeado de efectivos «fue muy significativo, porque las empresas de seguridad siempre van de la mano de la Policía». Y completó: «Me imagino que estaba cumpliendo órdenes de alguien.»
Blander tiene vínculos con la Policía y con barras bravas de River, Independiente, Chicago y Boca, donde trabajó como control de admisión en 1998 cuando Mauricio Macri era presidente del club.
Por eso no resulta descabellada la hipótesis de una zona liberada para que la patota pudiera actuar durante toda la madrugada de lunes (Ver Aparte). El personaje clave de esta historia es el comisario Guillermo Calviño, jefe de la Policía Federal porteña, que depende de Ocampo. El jefe policial está apadrinado por Daniel Angelici y Darío Richarte quienes comparten comisión directiva en Boca como presidente y vice tercero, respectivamente. De esa conducción también forma parte como vocal suplente Hipólito Nosiglia, el cuarto hijo de «El Coti» Nosiglia, histórico operador radical, empresario y ex ministro alfonsinista.
En mayo, Mariano Bergés, ex juez y presidente de la Asociación Civil Salvemos al Fútbol, denunció a Calviño por su complicidad en el escape del barra Maximiliano «Mey» Oetinger durante el partido que Boca jugó con Nacional de Uruguay por la Copa Libertadores. Mey era buscado por un secuestro extorsivo ocurrido en 2015 en José Ingenieros, partido de Tres de Febrero.
«Calviño es un policía de estrecho vínculo con Boca. En ese sentido quizás pueda tener protección de Richarte. No creo que el comisario haya actuado solo cuando hay un medio periodístico de por medio. Además, generalmente el comisario llama a alguien de más arriba. Y más arriba de Calviño aparece Richarte, un tipo que lamentablemente y más allá de la política de cada gobierno, terminó haciendo su propio juego en la Side», señaló Bergés. «Calviño añadió el ex juez tiene vinculación con Boca y con Rafael Di Zeo, pero especialmente con Boca.» Bergés recordó que fue Calviño quien pidió que se le aplique el derecho de admisión a 60 barras que respondían a Christian «Fido» Debaux, enfrentado a la barra oficial, reunificada bajo la protección política de Angelici.
La hipótesis de la zona liberada por Calviño y sus jefes políticos, todos radicales vinculados a las estructuras de Inteligencia que recobraron protagonismo con la asunción del gobierno macrista y mantenían nexos con Sergio Bartolomé Szpolski, fue suscripta por el legislador porteño de Bien Común y presidente de La Alameda, Gustavo Vera, quien apuntó directamente contra el jefe de la Policía Federal de la Ciudad de Buenos Aires. Vera presentó un proyecto de declaración que repudia el «cobarde ataque sobre los trabajadores de prensa del diario Tiempo Argentino gracias a la zona liberada de la Policía Federal a cargo de Guillermo Calviño».
La espuma loca
En la platea norte baja de Vélez, Juan Carlos Blander es conocido como «El Gordo». En los ’80, se acercaba a la pizzería La Espuma Loca para escuchar las aventuras de la vieja guardia de la barra fortinera. Los oradores eran Raúl «Pistola» Gámez, «Tutuca» López y el ex comisario Guillermo Armentano, ahijados de Nosiglia.
Gámez y «El Coti», además de ser radicales e hinchas de Vélez, tienen un vínculo personal, al punto que «Pistola» fue uno de los invitados al casamiento de la hija del hombre que le recomendó a Matías Garfunkel comprar el 50 % de los medios de comunicación mal administrados por Szpolski. «Estaba cerca de los pibes de la barra. Era amigo de algunos y por ahí participaba. Como socio, practicaba lucha y competía junto a otros muchachos de Vélez. Estuvo muchos años dentro del club. Hace rato que no sé nada de él», recordó Gámez a Tiempo.
En este sentido, un ex dirigente de peso en Vélez contó que Blander era «un pibe del gimnasio del club». Y completó: «Cuando se hacían los primeros recitales, cuando estaba Grinbank, se fue formando con los muchachos del gimnasio una empresa de seguridad que recién surgía. Ahí empezó a crecer con Fénix, aunque trabajó con todos. Fue vivo para reclutar gente en el momento que surgía el negocio de los recitales. Por los años ’84, ’85.»
«Se hizo millonario trabajando para Grinbank. Tenía una oficina en Rivadavia y Murguiondo donde revendia entradas para los shows. La mujer es abogada y formoseña. Hacen negocios allá», concluyó un antiguo testigo de las charlas entre barras a los que Blander escuchaba con admiración. «