En una ceremonia tan íntima como breve, Mauricio Macri despidió a su padre Franco en el cementerio privado Parque de la localidad de Pilar. El presidente interrumpió sus ya tradicionales mini vacaciones en San Martín de los Andes, y junto a su mujer, Juliana Awada, y su hija Antonia, arribó a las 15 horas a Buenos Aires en un avión oficial. Desde allí se trasladó a la Quinta de Olivos y entonces sí, con un fuerte operativo de seguridad del que participó personal de la Policía Bonaerense, la Gendamería y la Prefectura, llegó hasta Pilar.

El responso, al que no concurrieron ni amigos, ni funcionarios de gobierno ni empresarios ligados a Franco Macri -solo se vio a Cristiano Ratazzi- duró poco más de media hora y se realizó en la capilla del cementerio. Por estricta orden de la familia y del propio presidente de la Nación, no hubo imágenes oficiales de la ceremonia.

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Mauricio Macri escribó dos mensajes el domingo por la mañana en sus redes sociales. Allí, adelantó su deseo de despedir a su padre en la intimidad de su familia y agradeció el afecto recibido. “Son la energía que necesito para seguir adelante”, dijo.

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