El primer gran impacto del préstamo del Fondo Monetario Internacional fue la inyección de casi U$S 15 mil millones en las arcas del Banco Central que conduce Luis Caputo.
Ese 22 de junio, tras la firma del acuerdo, las reservas pasaron de poco más de 48 mil millones a 63.274 mil millones. Una de las condiciones iníciales, que ahora parece haberse relajado, fue la no utilización de las reservas para intervenir en el precio del dólar.
Sin embargo, el Central utilizó U$S 12.222 millones entre junio y septiembre para evitar una mayor devaluación en medio de la corrida cambiaria.