La ley que desregula la venta y producción de papel prensa, que el gobierno definió como prioritaria al incluirla en el temario de las sesiones extraordinarias, fue aprobada por el Senado con 45 votos a favor, 16 en contra y tres abstenciones.
El proyecto presentado por Diego Bossio a principio de noviembre, ya convertido en ley, y que contó con un fuerte acompañamiento del oficialismo que dispuso un tratamiento exprés deroga ocho artículos de la Ley 26.736, sancionada en 2011, que declaró de interés público la producción, comercialización y distribución del papel para diarios.
La iniciativa fue rechazada por el bloque del Frente para la Victoria liderado por Cristina Kirchner y presidido por Marcelo Fuentes; por la puntana María Eugenia Catalfamo; la misionera Magdalena Solari Quintana; el porteño Fernando “Pino” Solanas; la rionegrina Magdalena Odarda; y el salteño Juan Carlos Romero.
Los pampeanos Daniel Lovera y Norma Durango votaron en contra, a contramano de la posición mayoritaria de la bancada que conduce Miguel Ángel Pichetto. Por su parte Mario Pais y Alfredo Luenzo, ambos chubutenses, y la catamarqueña Inés Blas se abstuvieron.
El proyecto aprobado establece la eliminación de la obligación de comercializar el papel para diario a un precio único y público de pago. Además, hace desaparecer la obligación de abastecer al mercado local.
El peso propio de los impulsores reales de la norma hicieron que fuera Federico Pinedo, presidente provisional del Senado, quien defienda por el oficialismo la norma. En ese contexto explicó que “durante diez años el arancel de importación de papel de diario será del cero por ciento, con el objetivo de garantizarle a los diarios más chicos que pueden importar sin aranceles”.
Pinedo aseguró que la ley actual provoca la “inviabilidad de la industria”, por lo que consideró que hay que “quitar las restricciones” ante el avance del periodismo digital.
Pinedo, al igual que lo hicieron las espadas oficialistas en diputados, puso el peso de la necesidad de sancionar la ley en el avance de la tecnología.
La argumentación del presidente del interbloque Cambiemos, Luis Naidenoff, fue aún más lábil y sostuvo que la norma tiene sentido debido a que la mayoría de la gente se informa por otros medios que no son el diario de papel.
La expresidenta Cristina Kirchner tomó la palabra al cierre del debate y sugirió que este proyecto, que “demandó solo 20 días”, devela “dónde está el poder en Argentina; un poder que se conecta con todas estas bancas de diferente manera, incluso por teléfono, pidiendo que acompañen la ley”.
La senadora del Frente para la Victoria-PJ consideró que la iniciativa es “contraproducente para los intereses de todos los medios de comunicación pequeños de Argentina”.
También se refirió al “blindaje mediático a favor de las políticas del Gobierno” y a las “fake news” referidas al kirchnerismo, al citar el caso de su hijo, Máximo Kirchner, y la exministra Nilda Garré, acusados falsamente de “tener millones de dólares en cuentas en paraísos fiscales”.
Por su parte, el jefe del interbloque peronista, Miguel Pichetto, defendió el proyecto al sostener que “la desregulación de la importación del papel alienta el esquema de competencia y mejora de precios”.
“No hay ninguna conspiración en marcha: simplemente hay un proyecto que se adecua a los tiempos de un capitalismo moderno, no de una economía cerrada que no permita posibilidades de crecimiento”, concluyó el rionegrino.
Los argumentos de Pichetto chocaron de frente con la visión que minutos antes había expuesto el senador Juan Carlos Romero. “Esto es una extraña ley”, dijo Romero y analizó: “Todos sabemos lo que nos cuesta a los senadores aprobar un proyecto de ley propio. Esta ley fue propuesta por un diputado exitoso de un bloque minoritario. Pero nadie se hace cargo de esta ley. Esta ley viene aquí a resolver el problema de papel prensa sociedad anónima y no del papel prensa para hacer diarios”.
En ese contexto Romero se preguntó: “¿Quién va a defender a los diarios del interior para acceder al papel para diarios?”, y detalló: “Eliminar el arancel de exportación es la mínima concesión. Pero lo cierto es que los medios pueden comprar de poquito a poquito en Papel Prensa. Cuando se importa se paga adelantado y se tienen que comprar grandes partidas que financieramente son insoportables para los pequeños diarios”.
Para finalizar su discurso Romero señaló: ¿Clarín y Nación van a importar también o ellos van a consumir solo el de acá y los otros van a tener que importar? El estado no puede estar tan ausente. Esta fábrica se compró con la plata de los argentinos y beneficios impositivos. NO es una fábrica de chocolate donde cada uno hace lo que quiere. Este es un bien esencial”.
Más allá de los números y del resultado de la votación la sensación que quedó flotando en el recinto es que la política se volvió a arrodillar ante el poder económica. Una ley más para el grupo Clarín… y van