Las diferencias internas con las que convive el sindicalismo volvieron a quedar expuestas esta semana. Fue así tanto luego de que la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) anunciara un paro de actividades para el 1º de Mayo, como después de que Hugo Moyano avisó un paro de los sindicatos que conforman el Frente Sindical por el Modelo Nacional (FRESIMONA) para el próximo 30 de abril.
Moyano sumó además a la Corriente Federal que encabeza el bancario Sergio Palazzo y a las dos facciones de la CTA. La medida lanzada públicamente por el camionero el último jueves es en contra de la política económica que lleva adelante el gobierno. Lo de los gremios del transporte es más puntual. El reclamo, es este caso, es por el impuesto a las ganancias.
Moyano, que junto a Luis Barrionuevo encabezó los últimos paros contra el gobierno de Cristina Fernández por el mismo motivo, la eliminación del Impuesto a las Ganancias, hoy le resta importancia al reclamo.
En ese contexto, el camionero disparó contra su exsocio sindical y hoy titular de la CATT, Juan Carlos Schmid, y dijo: «Convocar a un paro un feriado es poco serio».
Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores, fue en el mismo camino y sentenció: «La verdad que lo que hicieron fue algo más parecido al ridículo».
Pese a la pirotecnia, todos y cada uno de los protagonistas no sólo declaman la unidad sino que todos se encolumnan, por lo menos hoy, detrás del armado de la expresidenta.
Roberto Pianelli, uno de los metrodelegados e integrante de la CTA, fue más contundente a la hora de mostrar las diferencias. «Hay un conglomerado de gremios muy importante que convocan, que centralizan ese pedido que se hizo muchas veces en la plaza a los gritos. Si la CGT no para, va a quedar en evidencia que es una superestructura vacía de contenido.»
Por su parte, la conducción de la CGT, en manos de Héctor Daer y Carlos Acuña, que también abrevan en la idea de la unidad del peronismo para encarar el proceso electoral, descartan, por ahora, la posibilidad de un paro general convocado para la histórica central obrera. Desde la mesa del Consejo Directivo de la CGT le advirtieron a Tiempo: «No tiene sentido hacer un paro. La movilización fue contundente y dejó en claro cuál es la postura de la CGT». Sin embargo, la misma fuente advierte que escucharán lo que tengan para decir los gremios industriales, los principales afectados del modelo.
Daer y Acuña, pese a acordar en la acción sindical, también tienen diferencias en su visión de la unidad. Para Acuña el candidato debe ser Massa. Daer por estas horas parece estar más cerca de Roberto Lavagna, pero aboga por una alianza amplia que incluya a todos los precandidatos.
En el marco de la disputa por el poder gremial, que contrasta con la prédica de unidad, la CGT dio una nueva demostración de fuerza al dejar desairado al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, en la puesta en debate del blanqueo laboral que iba a comenzar la semana pasada en el Senado.
Desde adentro del Consejo Directivo, también le señalaron a Tiempo que las tensiones se morigerarán si finalmente hay unidad. En tanto señalan, con resignación que, en caso de que el peronismo vaya fragmentado, la disputa por el poder sindical y por la estrategia con la que el movimiento obrero debe enfrentar al gobierno de Macri seguirá profundizando las fisuras. «