La decisión de la mandataria María Eugenia Vidal de no desdoblar la elección a gobernador de la provincia de Buenos Aires con la de presidente de la Nación trajo alivio a la galaxia panperonista del territorio bonaerense. Según pudo saber Tiempo, aunque existen matices y diferencias en las diversas vertientes del peronismo de los intendentes, el kirchnerismo puro y sus aliados, a la hora de interpretar hay una serie de premisas comunes. La decisión aportó mayor previsibilidad a la búsqueda de un candidato o candidata para la gobernación, modificó los tiempos de manera favorable, y en ese contexto se intentará a fondo evitar ir a primarias, buscando una fórmula de consenso que contenga a la mayor cantidad de sectores y vertientes y con la puerta abierta para la unidad con el massismo, si así lo deciden.
Además, luego del fallido desdoblamiento, aunque varios sectores prefieran no mencionar la palabra interna, se comenzará a ordenar la búsqueda con posicionamientos de los posibles candidatos y candidatas, algunos de los cuales ya comenzarán a armar sus posibles equipos en las próximas semanas.
También, en torno a las posibles candidaturas, las fórmulas de consenso que se barajan para lograr la alquimia buscada giran en torno a varios ejes, algunos todavía en discusión. Desde los intendentes peronistas, como se sabe, prefieren a un jefe o jefa comunal, como ellos. El kirchnerismo puro está más abierto a la posibilidad de un candidato no bonaerense, no necesariamente intendente, en línea con la decisión que pueda tener al respecto su conductora Cristina Fernández de Kirchner, también con la premisa central de buscar la unidad más amplia posible y evitar internas.
Dos intenciones más a poner sobre la mesa de negociaciones consisten en que uno de los integrantes de la fórmula sea mujer y el otro varón. Y en cuestión de territorios tratar de contemplar la posibilidad de que estén representados el Conurbano y el interior provincial.
Además de los respaldos que coseche cada uno, otro punto principal serán las encuestas. Aunque la mayoría coincide en que «falta mucho» para las definiciones, números en mano, se decidirán las candidaturas. «La interna y la lista se ordena a último momento y con encuestas en mano. Obviamente que en esa mesa CFK tendrá una voz ordenadora. Pero es con todos juntos. Hasta que se decida quién mide mejor y quién va, hay varios nombres en danza», confió a Tiempo una fuente muy cercana a un sector de los intendentes peronistas.
Desde el kirchnerismo puro eligieron la prudencia: «Internas no hay. Hay compañeros y compañeras con ganas de encabezar pero para esa definición falta mucho», aseguraron.
Hay tres nombres que suenan claramente como posibles candidatos y candidatas. La jefa comunal de La Matanza, Verónica Magario, el alcalde de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y el diputado nacional Axel Kicillof. Los dos primeros, con el perfil pleno para cosechar el respaldo de sus pares en un acuerdo de unidad. El tercero, más allá de la posición de los alcaldes, con posibilidades de lograr el apoyo clave de CFK, quien a su vez también puede respaldar a un intendente o intendenta.
Ellos tres tendrían ventaja en la carrera sobre otros posibles candidatos y candidatas, como Daniel Arroyo, Sergio Berni, Silvina Batakis, el intendente de San Antonio de Areco Francisco «Paco» Durañona o Felipe Solá, entre otros, quienes, según interpreta una fuente ubicada cercana a las conversaciones «se presentan para negociar un lugar».
¿Y qué pasa con la posibilidad de alcanzar la unidad con el massismo?
Las negociaciones, en medio del bajo perfil, continúan. A pesar del visto bueno de la galaxia panperonista a una fórmula a gobernador con, por ejemplo, Sergio Massa y Verónica Magario, al menos por el momento, el líder del Frente Renovador se mantiene en su decisión de jugar a nivel nacional, y competir por la presidencia.
Pero atención: las conversaciones en la provincia de Buenos Aires para alcanzar la unidad también se mantienen. «En Provincia se negocia. Y (el massismo) puede ir con la unidad», confió una fuente cercana a los intendentes. Con el desdoblamiento descartado, los distritos gobernados por el massismo podrían quedar expuestos en la elección a la polarización entre el kirchnerismo y Cambiemos. «Massa está en conversaciones. Esto recién empieza y va para largo», marcó.
Impulsar la unidad, ante el peligro de ser vencidos en las urnas por Cambiemos, no parece un mal negocio. «
Argentina Federal vuelve a mostrarse para medir su respaldo entre los gobernadores
Los cuatro referentes centrales de Argentina Federal, el senador nacional Miguel Pichetto, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, su par de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, encabezarán mañana un encuentro en Mar del Plata con la mira puesta en exhibir un volumen político que los reafirme como una propuesta «superadora» de Cambiemos y el kirchnerismo. En el complejo La Normandina se llevará a cabo un plenario donde los organizadores prevén reunir unas 2000 personas, entre ellos gobernadores, legisladores, intendentes y personalidades de diferentes ámbitos.
Está previsto que durante la jornada se desarrollen paneles temáticos, con referentes del deporte, la cultura, ciencia, la producción y la industria, entre otros. El encuentro también será un termómetro para ver qué gobernadores peronistas se acercan a respaldar el espacio. Por lo pronto, con diferentes actividades en varios puntos del país, tres de los cuatro referentes centrales de AF manifestaron sus intenciones de competir por la candidatura presidencial: Sergio Massa, que oficiará de anfitrión por ser el referente bonaerense, el salteño Urtubey, y el senador Pichetto.
Mientras tanto, la decisión de la gobernadora María Eugenia Vidal de no desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires dejó a Massa y Urtubey frente a una realidad: ninguno de los dos tiene, por el momento, un candidato o candidata de peso para competir en ese territorio clave. Jugado por el momento en la carrera nacional, más allá de los intentos de acercamiento del panperonismo, Massa sostiene que en esta etapa privilegia el «mano a mano» con el electorado. «