Con una baja en la circulación del transporte público del 30% y un acatamiento «alto» por parte de los vecinos del Conurbano, el gobierno de Axel Kicillof evaluó como «satisfactorio» el arranque de la cuarentena dura en el Área Metropolitana. El mandatario coincidió en ese diagnóstico con intendentes del Conurbano, aunque esperan que siga bajando el movimiento ya que la curva de casos sigue creciendo.
«El acatamiento de este nuevo período de aislamiento preventivo está siendo alto, hubo un gran avance de los y las bonaerenses en la comprensión de la gravedad de la situación y el avance de los contagios», sostuvo Kicillof tras evaluar el impacto de la nueva Fase 1 y destacó la «responsabilidad» de la gente.
El mandatario mantuvo una videoconferencia con los 35 intendentes que conforman la zona del AMBA para realizar un balance de las primeras 72 horas del aislamiento social, preventivo y obligatorio que rige hasta el 17 de julio. Los jefes comunales aseguraron que la circulación en los barrios disminuyó en general «alrededor de un 50%», como así también, en los accesos a las grandes ciudades y autopistas.
La ministra de Gobierno, Teresa García, señaló ayer que si bien la baja en la circulación fue «sensible» la apuesta es que siga bajando en los próximos días. «Tanto los intendentes como el gobernador y los ministros insistimos en reducir todavía aún más la circulación de las personas y hacer muy estricto el cumplimiento de la cuarentena», apuntó García.
También habló del crecimiento de casos que ocurrió esta semana, tal como estaba previsto ya que el impacto de la cuarentena estricta en la propagación del virus se verá recién a partir de los 10 días. “Hay que estar muy atentos a impedir la reunión de personas porque eso es circulación de virus y ya hubo casos en el interior. La curva está creciendo mucho pero el sistema sanitario aún está controlado, aún no estamos en riesgo”, dijo García y precisó que hay municipios que realizan “hasta 3 mil llamados diarios para tener monitoreados a los contactos estrechos”.
En paralelo a la cuarentena dura, el gobierno continúa trabajando en tres ejes de acción: la disminución de los contagios, la disponibilidad de camas y equipamiento del sistema sanitario, y el aumento del seguimiento y testeo de casos sospechosos.
En la semana, Kicillof siguió de cerca los operativos de control que se realizaron en distintos puntos de la provincia para verificar que sólo circularan trabajadores esenciales y con el permiso correspondiente. En este sentido, un informe de la Subsecretaría de Transporte de la provincia sobre el tránsito en puntos estratégicos del Gran Buenos Aires -como Gregorio de Laferrere, Ezeiza, Ituzaingó, Lanús, Merlo, San Martín, Moreno, Tigre y Hudson- muestra que el uso del transporte público terrestre bajó un 30% desde el miércoles. Durante los operativos en las líneas de colectivos en esos puntos, sólo el 1% de los pasajeros controlados no portaba permiso para circular.
Se controlaron alrededor de 10 mil autos particulares por día en cada punto de control: Hudson, Ruta 2 y la bajada de la Autopista La Plata-Buenos Aires, entre otros. De ese total, entre 100 y 150 autos no tenían permiso. «