Fernando de la Rúa es el único alcalde porteño que pudo imponerse en primera vuelta. Sucedió en 1996, en la primera elección desde que la Ciudad se convirtió en un distrito autónomo. Claro que en esa ocasión se decidió que la elección se definiría por mayoría simple. El ex presidente obtuvo algo más del 39% de los votos y eso le alcanzó para superar a Norberto La Porta, del Frepaso.
El jefe de Gobierno y su vice, Diego Santilli, dijeron en más de una oportunidad que se preparaban para disputar un segundo turno. ¿Se trató de una frase de compromiso o el resultado puede ser muy ajustado? El oficialismo obtuvo 904.165 votos, el 45,92 por ciento. Mientras que Lammens sacó 617.654 votos, el 31,36 por ciento. Larreta es el único de los dirigentes macristas que puede permanecer de pie después de una ola que en las PASO se llevó puesto al partido amarillo en la Nación, en la Provincia y en muchos de los municipios del Conurbano que hoy gobierna.
Lammens apuesta a que esa ola también expulse a Larreta a pesar de que su gestión tiene una alta valoración positiva. La Salud y la Educación son el punto más flojo de su gobierno y allí fue donde el titular de San Lorenzo intentó poner el acento. Además, el candidato kirchnerista buscó vincular a Mauricio Macri con su ex jefe de Gabinete. El mayor impulso de la campaña se lo dio el flashmob con la canción “Si vos querés”, que reunió a miles de personas en las calles de la Ciudad.
Para protegerse de las sorpresas, el alcalde Larreta logró fagocitar a casi todos los competidores que existían en suelo porteño, con la excepción del lavagnista Matías Tombolini y de Gabriel Solano, postulante del FIT. Martín Lousteau postergó su sueño capitalino y tuvo que conformarse con competir por un escaño en el Senado nacional, un cargo en el que previsiblemente no tendrá demasiada visibilidad. Claro que quizás tenga el camino allanado para 2023, ya que en caso de ganar, ni Larreta ni Santilli podrán ir por la reelección. El economista no le aportó el caudal de votos esperados a Larreta, que únicamente logró crecer en 45 mil votos respecto de su performance de 2015.
Pareciera que quien mejor aprovechó la ausencia de Lousteau fue Lammens. El presidente de San Lorenzo de Almagro fue elegido porque tiene la posibilidad de traspasar las fronteras del kirchnerismo duro. Es una incógnita si podrá conservar los votos de Alberto Fernández: en las primarias hubo una diferencia negativa de dos puntos respecto al postulante del Frente de Todos. Con Larreta y Macri ocurrió la situación opuesta y el alcalde capitalino sumó más votos que el Presidente. Juan José Gómez Centurión no se dejó seducir por Larreta como sí lo hizo José Luis Espert, que llamó a votar por el jefe de Gobierno en funciones. Entre ambos sumaron 4,6 puntos, un número que podría inclinar la balanza en la noche de hoy.
Si hay segunda vuelta, los votos de Tombolini pasarán a ser el activo más buscado por Larreta y Lammens. El economista hasta ahora se declaró prescindente a pesar de los coqueteos de Juntos por el Cambio y del Frente de Todos, pero es un enigma qué sucederá en un escenario de balotaje. Lo que parece seguro es que la izquierda no apoyará a ninguno de los dos candidatos.
Larreta ya vio peligrar la jefatura de Gobierno porteño en 2015, cuando disputó la segunda vuelta electoral con Lousteau, quien era candidato por ECO, y se impuso por apenas tres puntos. En la primera vuelta, el candidato del PRO había obtenido el 45,5% de los votos y en el balotaje amplió su diferencia solo 6 puntos. Lousteau, que había sumado el 25% de los votos, obtuvo casi el doble en el balotaje.