La política en materia de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, evidencia varias falencias, aún cuando el actual jefe de Gobierno en retirada, Rodríguez Larreta, insista con que es «la Ciudad más segura de la región». Las escuelas porteñas se covirtieron en uno de los botines preferidos de aquellas personas que delinquen. Más aún, cuando saben que dentro de los establecimientos educativos hay cientos de computadoras. Una escuela del barrio de Palermo fue víctima de robos en varias ocasiones: En agosto del año pasado entraron por primera vez y se llevaron 75 computadoras con las que los chicos y chicas trabajan en clases. Tres meses después, en noviembre del mismo año, personas ajenas al establecimiento educativo forzaron la entrada, realizaron varios destrozos y robaron 185 notebooks. Exactamente un año después de este último hecho, volvieron a ingresar y se llevaron 64 computadoras. En apenas 15 meses la escuela Nº 9 DE 2 «Genaro Beron de Astrada» de Palermo fue asaltada en tres oportunidades. Las familias denuncian que el ministerio de Educación porteño no cumplió con su palabra al dejar en condiciones vulnerables la autodenominada «Aula Segura», donde guardaron las últimas computadoras que fueron hurtadas. Durante la jornada, la comunidad educativa realizó un «Aplaudazo» en las puertas del colegio.
El edificio escolar se ubica en El Salvador al 4000, entre Medrano y Acuña de Figueroa, en pleno barrio de Palermo. En apariencia resulta una zona tranquila, alejada de los hechos de inseguridad que ocurren en toda la Ciudad, pero la realidad golpeó varias veces a las familias de la comunidad educativa que aseguran que la zona es muy insegura. Esta mañana, cientos de personas participaron de un abrazo al edificio escolar para exigir mayor seguridad en la zona y pedir el reintegro inmediato de las computadoras que fueron robadas.
«Estamos en la misma situación que hace casi un año cuando pasó el segundo robo durante el mundial. Volvieron a entrar a la escuela y no sabemos muy bien por dónde. Se cree que por alguna ventana del subsuelo donde está el comedor. Pero la realidad es que la escuela es medio un colador», contó a Tiempo Diego Martínez Madrid, Tesorero de la Cooperadora de la Escuela Nº9 «Genaro Beron de Astrada» y papá de la comunidad educativa.
Las familias aseguran que lo único que cambió de la última vez que ingresaron a robar fue que ahora las computadoras que se llevaron se encontraban en un «Aula Segura«, nombre que puso el Ministerio de Educación de la Ciudad, a espacios dentro de las escuelas donde, supuestamente, los dispositivos electrónicos están seguros.
«El ‘Aula Segura’ la pusieron tras un reclamo que hicimos las familias mediante un petitorio de 13 puntos que presentamos. Fue el único punto que cumplió el Gobierno de la Ciudad de todo lo que reclamamos, pero al parecer no funcionó porque pudieron ingresar y llevarse las computadoras», agrega Madrid y suma: «Para hacer ese espacio seguro quitaron un aula a una materia para guardar los equipos, le pusieron una alarma, pero no reforzaron la puerta y ningún otro aspecto. Con lo cual forzaron la cerradura, se disparó la alarma, se llevaron las computadoras y cuando llegaron a ver, ya había pasado todo».
A la escuela asisten alrededor de 600 estudiantes, distribuidos en media jornada en el nivel inicial y jornada completa en primaria. A mediados de agosto de 2022 ingresaron por primera vez y robaron más de 70 computadoras, y tres meses después, en medio del mundial de fútbol, 185 notebooks. A pocos días que el ministerio de Educación, al mando de Soledad Acuña, reintegrara las computadoras que robaron en agosto, los delincuentes volvieron a ingresar para llevarse las nuevas notebooks. Algo que a las familias les resultó muy sospechoso.
El plan de seguridad que exigen las familias
Tras los primeros dos robos que sufrió la escuela de Palermo, la comunidad educativa realizó un abrazo simbólico al lugar y exigió mayor seguridad, aunque muchas familias consideran que una posible solución sería que las computadoras vuelvan a manos de las y los estudiantes, como ocurre con el Conectar Igualdad a nivel nacional.
En ese momento entregaron al ministerio de Educación un petitorio con varios puntos que incluía la puesta de cámaras de seguridad en la cuadra de El Salvador altura al 4000; la asignación de personal policial específicamente durante las noches y fines de semana; un relevamiento de puntos inseguros y refuerzo de medidas de seguridad del edificio; entre varios reclamos más. «El único punto que ‘cumplieron’ fue el armado de un espacio seguro, pero como vemos lamentablemente no funcionó», termina Madrid.