Faltan poco más de dos meses para el cierre de listas y todavía ninguno de los grandes interrogantes del armado electoral está resuelto. Lo único que por ahora parece firme es que el presidente Mauricio Macri buscará la reelección. Y parece que es una apuesta cada vez más compleja. La consultora Ricardo Rouvier y asociados acaba de cerrar su habitual medición nacional, la realiza todos los meses con más de 1200 casos. La mayoría de los números no muestran grandes variaciones respecto de las tendencias anteriores. Sin embargo, hay un dato que no deja de llamar la atención: la intención de voto de Macri para la primera vuelta sigue entre las más bajas de la serie. El jefe de Estado se ubica por debajo del 25% de la preferencia de los electores: mide 24,9.
El dato muestra el desgaste irrefrenable que el fracaso del modelo económico está produciendo sobre la imagen del mandatario. Un buen parámetro son las elecciones de 2015. En las PASO, el entonces candidato Macri sacó 26%. Ese es su núcleo duro, casi inconmovible, y parece ser lo único que preserva, al menos en esta medición, que como todas las encuestas es una foto y no la película.
Las otras cifras presentan menos sorpresas. La ex presidenta Cristina Fernández lidera las preferencias para octubre, con un leve crecimiento respecto del último sondeo de Rouvier, llegando al 33 por ciento.
En el tercer lugar del podio se ubica Roberto Lavagna, con 12 puntos de intención y lo sigue Sergio Massa, que llega casi a 9. Lo central de este dato es que la suma de ambos, si lograran un acuerdo y al mismo tiempo retener a sus votantes, los acerca a Cambiemos y crea la posibilidad de que se cristalice el peor de los fantasmas del oficialismo, salir tercero.
El potencial candidato del Frente de Izquierda, Nicolás Del Caño, mide casi cuatro puntos y todavía quedan 11 por ciento de indecisos. El escenario puede cambiar, pero la cuenta regresiva no se detiene y cada vez falta menos.