El partido nacionalista de izquierdas irlandés Sinn Fein, durante mucho tiempo desprestigiado por ser el exbrazo político del IRA, registró un avance histórico en las legislativas en Irlanda, donde sacudió a las dos formaciones centristas que comparten el poder desde hace décadas.
Al término de la primera ronda de un escrutinio largo y complejo, el Sinn Fein llegaba en cabeza con 24,5% de votos, por delante de los dos partidos de centroderecha tradicional Fianna Fail (22,2%) y Fine Gael (20,9%), la fuerza del primer ministro saliente Leo Varadkar.
«Es oficial @sinnfeinireland ganó las elecciones» del sábado, tuiteó Mary Lou McDonald, líder de esta formación nacionalista que milita por la reunificación de la República de Irlanda con la provincia británica de Irlanda del Norte.
El sistema electoral en la República de Irlanda es complejo, por lo que la composición del Dail, la cámara baja del Parlamento, formada por 160 diputados, no se conocerá hasta que termine el escrutinio total y eso puede llevar varios días.
En este país los electores no votan por una lista establecida, sino que elaboran su propia lista eligiendo a candidatos de diferentes partidos por orden de preferencia.
Pese al auge del Sinn Fein, el opositor Fianna Fail aparece como la formación mejor situada para lograr el mayor número de escaños dado que el exbrazo político del IRA solo presentó 42 candidatos, dos veces menos que las grandes formaciones.
Revés para Varadkar
El gran perdedor de los comicios es el Fine Gael de Varadkar, que debería ver su número de escaños considerablemente reducido.
El primer ministro, de 41 años, mestizo -su padre es indio- y homosexual, encarna una nueva Irlanda, cada vez más lejos del estereotipo católico conservador.
Sin embargo, después de tres años a la cabeza de un gobierno minoritario, que contó con el apoyo del Fianna Fail en nombre de la estabilidad mientras se solucionaba el complicado Brexit en el vecino Reino Unido, Varadkar vio caer su popularidad a medida que se degradaban en el país el acceso a la vivienda y los servicios de salud pública.
Las elecciones irlandesas tuvieron lugar solo una semana después de la salida británica de la Unión Europea, cuyas consecuencias afectan especialmente a la vecina Irlanda y sus 4,9 millones de habitantes.
Varadkar basó su campaña en su contribución a la consecución de un acuerdo entre Londres y Bruselas. Pero erró el tiro: los votantes se mostraron más preocupados por cuestiones domésticas que el Sinn Fein pareció abordar con más acierto que los partidos centristas, presentándose como la opción del «cambio».
Formación de gobierno
Ante estos resultados electorales, «el sistema político irlandés tiene que reaccionar y probablemente aceptar que el Sinn Fein forme parte del nuevo gobierno», dice a la AFP el politólogo Eoin O’Malley de la Dublin City University.
McDonald afirmó haber emprendido el domingo conversaciones con pequeños partidos de izquierdas en un intento de ver si es posible formar un gobierno de coalición sin el Fine Gael o el Fianna Fail. «Hablaré y escucharé a todo el mundo», afirmó.
En opinión de la líder del Sinn Fein, de 50 años, las dos grandes formaciones tradicionales «están aún en un estado de negación y no oyen lo que ha dicho la gente».
«Parece que ahora tenemos un sistema de tres partidos», dijo por su parte Varadkar, quien reconoció que «eso va a hacer que la formación de un gobierno sea bastante difícil».
Tanto el Fianna Fail como el Fine Gael habían excluido hasta ahora formar una coalición con el Sinn Fein debido a sus lazos pasados con el Ejército Republicano Irlandés (IRA), organización paramilitar que jugó un importante rol en las tres décadas de violento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes que dejaron 3.500 muertos en Irlanda del Norte.
Varadkar reiteró su posición, pero el líder del Fianna Fail, Micheal Martin, pareció más flexible: pese a subrayar una «incompatibilidad» política sobre algunos temas -como la reunificación- con el Sinn Fein se negó a cerrar la puerta a una alianza.
Las negociaciones para formar gobierno podrían llevar semanas o incluso meses.