El jueves, el ministro de Hacienda, Alfonso de Prat-Gay, debutará ante los diputados con la primera presentación del presupuesto 2017 que elabora el gobierno de Mauricio Macri. Para ello, el oficialismo elaboró una estrategia de encuentros con legisladores, ministros de Economía provinciales y gobernadores para hablar de este proyecto. Sin embargo, y más allá de la trascendencia de esta iniciativa, las reuniones sirvieron también para tantear el envío de otro proyecto de ley que para Macri es trascendental que se apruebe sin contratiempos: el Impuesto a las Ganancias.
Al menos por ahora, el oficialismo no vislumbra nubarrones en ninguna de las iniciativas. Hace unas horas, Prat-Gay mantuvo un almuerzo de trabajo con senadores y diputados opositores y de Cambiemos a los que les brindó información de lo que incluye la estimación de gastos e ingresos para el ejercicio 2017. No es la primera reunión de este tipo que el ministro tuvo pero sí la más numerosa. La semana pasada se encontró a solas con el diputado Sergio Massa del Frente Renovador demostrando la importancia que le otorgan al bloque que lidera.
Con el resto, fue diferente. El ministro se encontró en una reunión conjunta con el titular de la comisión de Presupuesto del Senado, Juan Manuel Abal Medina, su par de Diputados, Luciano Laspina del PRO, el presidente provisional de la Cámara Alta, Federico Pinedo, los diputados radicales Mario Negri y Luis Pastori y el massista Marco Lavagna. Según trascendió, comida mediante, el funcionario les anticipó una inflación del 17%, un déficit del 4,3 por ciento, un crecimiento del 3,5 por ciento y un dólar a 18 pesos para el próximo año.
La excepción fueron los diputados del FPV que no recibieron invitación alguna. De todas formas el presidente de esta bancada, Héctor Recalde, indicó que no vamos a dejar al gobierno sin presupuesto. El gobierno de Macri sabe que el presupuesto casi no será una complicación y por eso en cada reunión que hizo por este tema incorporó el de ganancias que tiene como principales detractores a los sindicatos. El malestar del mundo gremial surge a partir del incumplimiento de la promesa electoral de Macri, quien durante toda la campaña del año pasado juró y perjuró que iba a eliminar esta gabela de la faz del territorio argentino. Ante la imposibilidad de prescindir de los millones que implica el impuesto es que presentará una serie de nuevas escalas.
El proyecto de ganancias no llegará junto con el Presupuesto. El plan del oficialismo es que ingrese una semana más tarde pero se planea debatirlo al mismo tiempo. Por caso, el ministro les anticipó a sus comensales que ampliará las escalas tanto para que el que menos gane como para aquellos sueldos considerados altos. Se habló de un cuatro por ciento de afectación para la menor escala y un 35 para los ingresos más importantes que, incluso, pueden llegar a 38 y 40 por ciento. Hoy, las alícuotas vigentes van del nueve al 32 por ciento.
El dato que los legisladores no pudieron arrancarle a Prat-Gay es el piso a partir del cual se comienza a pagar el impuesto y mucho menos a partir de qué suma se considera ingreso alto. Trascendió que el funcionario no escuchó críticas. Ahora bien, la reunión de Prat-Gay con los legisladores se produjo 24 horas después de encontrarse con ministros de Economía de las provincias. La tarea de ablandar a los gobernadores, recayó en el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. El único bloque que no fue convocado por Prat-Gay fue el FPV a pesar de que, como confiaron fuentes de la bancada, les habían anticipado la realización de un encuentro. Todavía no sé porque no fuimos invitados pero no nos sentimos heridos: somos la grasa militante, ironizó Recalde, a la sazón presidente del bloque. A pesar del desplante, el legislador reconoció con los expertos que colaboran con el bloque ya están analizando el proyecto porque tienen la forma de contar con la información previa y ya lo estamos analizando.
Recalde se preocupó en aclarar que a pesar de las diferencias que seguro tendrán con los números que incluirá el proyecto el FPV no tendrá la misma actitud que en su momento tuvo la oposición con el presupuesto 2011 de la entonces presidenta Cristina Kirchner. Nosotros no somos capaces de dejar sin presupuesto al gobierno. Vamos a votar el presupuesto con todas las observaciones que tengamos que hacer, pero no vamos a dejarlo sin presupuesto porque esto sí es poner palos en la rueda. Como nos hicieron ellos a nosotros cuando en la oposición armaron el Grupo A, que lo integraron muchos hoy funcionarios de esta administración.