La precampaña electoral de enero tuvo a casi todos los competidores en la costa. También a los que trabajan duramente por su candidatura a gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Quienes integran Juntos por el Cambio terminaron el primer mes del año con una novedad que les amargó el proselitismo. Provino de la ultraderecha que buscan seducir. “Con JxC no puedo tener nada», aseguró el diputado de La Libertad Avanza Javier Milei y cerró la chance de pactar un acuerdo. El pronunciamiento daña gravemente los cálculos que hacían dentro de JxC para cerrar una gran coalición que le gane la Provincia al peronismo y también sumarlos en una eventual segunda vuelta nacional.
«Es un rejunte de miserables arrastrados por un cargo que están unidos para ver si pueden rapiñar un cargo. Van a crear un nuevo fracaso. Yo no estoy dispuesto a ser parte de una estructura que está condenada al fracaso», disparó el economista para dar por concluído cualquier atisbo de acercamiento.
Los más escépticos dentro de la alianza interpretan las palabras de Milei como la confirmación de una fatalidad. Opinan que era una «cuestión de tiempo» que cortara los puentes. Otros preferían mantener esa indefinición hasta último momento para darle volumen a la campaña bonaerense, donde JxC no termina de ordenar la multiplicidad de candidatos que tiene. Desde que Milei les cortó las chances de aspirar a la mitad más uno, en las elecciones provinciales sin segunda vuelta, los equipos de campaña se preparan para otro escenario porque el portazo de la ultraderecha les resta chances para competir con el peronismo.
En JxC responsabilizan a Milei por la posible continuidad del peronismo en la Provincia. Pero Milei sólo salió a responder el planteo de dos radicales que hablaron de un acuerdo con él. Primero lo hizo el diputado nacional Martín Tetaz y luego el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Ambos fueron más allá de lo que se anima a decir un sector del PRO y también desautorizaron en los hechos a la posición del presidente de la UCR, el gobernador jujeño, Gerardo Morales, que no quiere lazos con Milei.
«Se convirtieron en una alianza fascista que pretende digitar la vida interna de otro espacio politico», respondieron cerca del diputado de ultraderecha a las consultas de Tiempo. No tienen otra certeza para Buenos Aires que negarse a pactar con JxC. «Todavía no hay candidatos. Se están evaluando distintas alternativas y se comunicará oportunamente», detallaron en su despacho. Preparan un capítulo patagónico de campaña, bien lejos de la coyutura bonaerense: el 24 estará en Bariloche, el 25 en San Martín de Los Andes y el 10 de marzo viajará a Comodoro Rivadavia y Puerto Madrin.
La ausencia de cualquier acercamiento de Milei con la principal coalición opositora posiblemente ordene la interna entre el diputado nacional Diego Santilli, respaldado por el alcalde Horacio Rodríguez Larreta; su par Cristian Ritondo y el exintendente Javier Iguacel. Ambos cuentan con el aval de Patricia Bullrich y del expresidente Mauricio Macri. La caída de los contactos con el referente de extrema derecha les impone un techo que los obliga a reordenarse. Quizás también impacte en Mauricio Macri, que aún no definió si jugará este año.
Sin su presencia, por ahora se prefigura un escenario de interna bonaerense en JxC con dos polos enfrentados: la precandidatura de Larreta a presidente con Santilli como aspirante a gobernador, pero como parte de un acuerdo con Elisa Carrió y Miguel Pichetto; y enfrente Patricia Bullrich en la cabeza de la boleta y la incógnita de Ritondo o Iguacel como competidores por la Provincia. Algunos integrantes del partido amarillo arriesgan que la exministra de Seguridad se sentiría mucho más cómoda con Iguacel que con Ritondo. En ese mapa resta saber la posición de la UCR que podría motorizar un aspirante propio, como el legislador Maximiliano Abad o pactar con Larreta o liberar a sus sectores internos. Afuera de esos cálculos quedan el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, y el exministro bonaerense Joaquín De La Torre.
«El negocio de Milei es no cerrar nada con JxC, pero además está rodeado por lo peor», sentenció un dirigente del PRO cercano a Bullrich, que reconoce la debilidad que tendrá la coalición opositora en territorio bonaerense con este anticipo de fragmentación del voto de derecha. Para contenerlo redoblarán los lazos con el diputado José Luis Espert, aunque su fuerza es menguante en la Provincia. Tampoco cuenta con su compañera de bancada, la exfuncionaria platense de JxC Carolina Píparo, que está cada vez más cerca de Milei. Al líder de «La Libertad Avanza» le adjudican un promedio del 20% en las mediciones nacionales de intención de voto y también en territorio bonaerense. Ahí radica su poder de daño desde que cerró cualquier negociación con el principal conglomerado opositor.
Por esa razón el planteo del economista de ultradrecha contra JxC fue mas importante que las reuniones que manuvieron Macri y Rodríguez Larreta en Villa La Angostura. Las roscas patagónicas perdieron centralidad esta semana por el sorprendente contrapunto público protagonizado por la abogada y asesora del PRO, Florencia Arietto. Responsabilizó a Bullrich de «desalojar dejando muertos» durante su gestión al frente del Ministerio de Seguridad para referirse a los casos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. “La orden era desalojo de una ruta ¿Lo perdiste (a Maldonado) en medio del campo? Bueno, lo perdiste pero desalojaste la ruta. Pero si vos te acelerás y cometés un error, alguien muere”, insistió Arietto y luego pidió disculpas. Abrió otra caja de pandora dentro del PRO.
Cerca de Bullrich creen que fue «otra» embestida planificada por el larretismo en medio de la sorda guerra interna que empeora cada semana y que tiene temas tabú, como el futuro de Gerardo Millman luego de las denuncias en su contra que se tramitan en la Cámara de Diputados. Bullrich ya no lo tiene a su lado, pero en su entorno sospechan que el diputado cayó en desgracia luego de una denuncia en su contra promovida por el fiscal Augusto Troncoso, que aparece en las filtraciones del celular del ministro de Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro.
El clima ya viene enrarecido desde el año pasado. Se complicó más desde el último miércoles de enero, luego de la reunión de urgencia entre los presidentes de los cuatro partidos nacionales de JxC. Estuvieron Bullrich por el PRO, Morales, por la UCR, Maximiliano Ferraro por la Coalición Cívica y Miguel Pichetto por Peronismo Republicano. Acordaron que si una fuerza acuerda con otros aliados por fuera de JxC no podrá utilizar la marca de la alianza. Desde entonces comenzaron las quejas de los titulares de los partidos provinciales y del larretismo que la acusaron de acordar un pacto que la beneficia a ella y a la UCR. «Con decisiones como esta se están avasallando las facultades de un distrito», sostuvo un dirigente porteño del PRO y recordó que «la mesa de presidentes no tiene atribuciones delegadas por la Mesa Nacional, que es la máxima instancia de la alianza».
Las discusiones se extienden a todos los distritos que no tienen Paso y a otros también. Los primeros comicios del año serán las primarias de La Pampa del 12 de febrero. Este sábado Macri viajó hasta Santa Rosa, la capital provincial, para respaldar al precandidato a gobernador del PRO, Martín Maquieyra, que se medirá con el radical Martín Berhongaray. El aspirante del PRO se referencia en Rodriguez Larreta, pero Macri fue a mostrarse como gran elector y ofrendó un gesto de unidad a cambio de mostrarse en juego, pero manteniendo la incógnita sobre su candidatura.
La Mesa Nacional
Las internas provinciales serán parte del primer bloque de la reunión de la mesa que se realizará este lunes en capital. Tendrá cuatro instancias y la primera estará dedicada al «análisis de la situación política de JxC en provincias con cronograma electoral anticipado». Uno de los asistentes anticipó debates por la controversia pero aseguró que el ordenador será que «los temas provinciales estén por debajo de la unidad para la elección nacional».
El segundo bloque temático estará dedicado al «contexto económico y político» con tres instancias de análisis. Una estará enfocada en la situación económica y «alertas sobre el presente y graves consecuencias en el mediano y largo plazo. Otra abordará «la situación institucional y el quiebre de la división de poderes». La tercera hará un «estado de situación de la seguridad».
Para el tercer bloque se esperan avances sobre la presentación de una plataforma electoral común. Los titulares de los partidos informarán sobre los avances en el «acuerdo programático de JxC, aunque la tarea ha sido dificultosa. Cada uno de los socios opositores carga con reclamos del establishment. Los critican por no poder sintetizar un plan de gobierno sin sortear la discusión interna entre Macri, que hace campaña con la idea de un «shock» drástico en los primeros días de un eventual gobierno de JxC, y el larretismo que todavía no termina de definir a qué se refiere cuando habla de un «plan de estabilización». En el medio está la UCR, cuyos dirigentes hablan de un perfil industrialista, pero sin más definiciones concretas que las diferencias económicas con Macri.