Este domingo por la tarde noche, cuando termine el acto eleccionario peronista en la Provincia, la foto de unidad del Partido Justicialista Bonaerense se renovará con el respaldo de las urnas por primera vez. Entre las ocho de la mañana y las 18 horas, cerca de un millón y medio de afiliados al PJ provincial tendrán la posibilidad de sufragar en establecimientos educativos o unidades básicas de cada uno de sus distritos para ratificar la renovación de autoridades en una puja que logró encaminarse tras una durísima negociación, que culminó en una lista de unidad encabezada por el intendente de Merlo Gustavo Menéndez, como candidato a Presidente, el jefe comunal Fernando Gray (Esteban Echeverría), como postulante a Vicepresidente, el diputado nacional Fernando Espinoza como candidato a Presidente del Congreso Partidario y la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, como primera Consejera de la Mujer, entre algunos de los nombres que resumen el acuerdo entre la mayoría de intendentes peronistas del Conurbano, con vocación renovadora y que bregan por la unión de todos los sectores, incluyendo a massistas y randazzistas, por un lado, y el cristinismo y La Cámpora, por el otro.
Cerrada la unidad a nivel provincial, según supo Tiempo, llegó la etapa de concretar la unificación de listas locales en cada uno de los 135 distritos de la Provincia de Buenos Aires. Este medio pudo saber que durante las últimas semanas se concretó la unidad en la mayoría de ellos, donde muchas listas se bajaron a último momento, y solamente en alrededor de quince distritos -en los últimos días de esta semana se mencionaban unos 21, pero esa cifra descendió a medida que se bajaban listas- se irá a internas.
Entre la confrontación y el peronismo de centro
Además de asumir en medio de una de las crisis más profundas del peronismo de los últimos años, la nueva conducción deberá mantener en todo momento activada su muñeca política para mantener el equilibrio entre los dos sectores que acordaron, sobre todo para determinar qué orientación tendrá el peronismo y cuál será el grado de confrontación y negociación con el oficialismo de Cambiemos. En ese sentido, hubo señales en las dos direcciones.
Por un lado, la lista de unidad se pronunció en dos comunicados referidos a la reforma jubilatoria y al rol de un sector de la justicia en el procesamiento y pedido de desafuero a la senadora Cristina Fernández de Kirchner. En ese línea, remarcaron que la voz de la ex mandataria será fundamental en el Senado y que el Poder Judicial debe ser una garantía para que esto suceda, no un instrumento para callar y limitar la democracia. En relación a la reforma jubiladoria, pidieron a los legisladores de la oposición el máximo esfuerzo posible para evitar que se apruebe la reforma.
Sin embargo, más allá de los primeros comunicados públicos, las reuniones políticas podrían marcar un acercamiento mayor, en los hechos, con el peronismo no kirchnerista. El miércoles, Menéndez participó de un encuentro y brindis en ocasión de la presentación de un nuevo número de la revista peronista Movimiento 21 en Ciudad de Buenos Aires, donde también asistieron el senador nacional Miguel Pichetto y el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. Allí, el jefe comunal de Merlo consideró que «el peronismo nunca llegó al poder volteando a un gobierno. O somos parte de la solución o somos parte del problema», marcó, además de señalar que hoy la brújula del movimiento es el Papa Francisco.
Pichetto, por su parte, consideró que el kirchnerismo, que él también integró y acompañó desde el Poder Legislativo, «fue un modelo pro soviético, rompimos con los sindicatos, nos peleamos con la Justicia, con los medios», además de renovar sus críticas a Cristina y reivindicar un peronismo de centro nacional con el surgimiento un liderazgo joven, una propuesta. A su lado, el mandatario Urtubey exhortó: Debemos reconstruir nuestra imagen. Necesitamos de esa segunda derrota electoral para darnos cuenta que la sociedad nos pedía repensarnos. Debemos hacerlo, o nuestra historia está terminada», llamó.
En definitiva, la nueva conducción navegará entre el acercamiento al peronismo no kirchnerista, la búsqueda de que todos se sienten a la mesa de negociación y la presión de los sectores cristinitas del PJ Bonarense, que pedirán en endurecimiento de la agenda contra el gobierno nacional y provincial.