Como en las viejas épocas. Como cuando el gobierno de Fernando de la Rúa atravesaba sus peores momentos. En aquellos años, mientras la administración de la Alianza intentaba mantenerse a través de salvatajes, ajuste fiscal y asistencias financieras, los gobernadores del PJ se reunían en paralelo en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI), sobre la calle San Martín, no lejos del Bajo porteño. Lo que hacían en ese lugar era básico: hacer un monitoreo permanente del descalabro económico, proponer medidas alternativas. Este miércoles, en paralelo a una jornada catastrófica por otra fuerte devaluación, los mandatarios del peronismo convocaron a una cumbre de urgencia con gremialistas y con legisladores. La sorpresa del encuentro fue la presencia del ex diputado Sergio Massa, líder del Frente Renovador, a quien los demás participantes vieron moverse en tándem junto al senador Miguel Pichetto.
La cumbre había surgido a partir de una serie de contactos telefónicos entre gobernadores. La idea era analizar lo que pasaba con la economía y también acordar posiciones para el tratamiento parlamentario del presupuesto 2019. Las posiciones de los sectores más dialoguistas del PJ, tanto mandatarios provinciales como legisladores, es favorecer la aprobación del presupuesto. Eso implica aportar apoyos legislativos para que se convierta en ley el proyecto que entre sus artículos contiene un fuerte ajuste, tal como exige el FMI.
El problema es que los gobernadores más ‘duros’, como el pampeano Carlos Verna, el formoseño Gildo Insfrán y el puntano Alberto Rodríguez Saá, están absolutamente en contra de que el peronismo colabore con quórum y votos afirmativos en la votación del presupuesto.
A medida que la situación económica se agrava, el peronismo más dispuesto a la negociación con Cambiemos tiene menos margen para acompañar al oficialismo: sobre todo en un tema tan sensible como la sanción del presupuesto del año próximo, cuyo articulado prevé una suerte de ‘institucionalización del ajuste’. Además, la relación entre la Casa Rosada y las provincias está afectada por la decisión unilateral del macrismo de eliminar el Fondo Federal Solidario (FoFeSo).
Eso sí, en ese punto se está evaluando compensar los ingresos por la soja que se distribuían entre las provincias con fondos provenientes del ANSES. En concreto, se elevaría un punto porcentual el monto del crédito dirigido a los Estados provinciales que se toman del Fondo de Garantía y Sustentabilidad de ese organismo.
En la cumbre del miércoles al mediodía estuvieron Rodríguez Saá, Verna, Pichetto y Massa, pero también Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Mariano Arcioni (Chubut) y Juan Manzur (Tucumán). En representación de Chaco y Tierra del Fuego participaron los vicegobernadores Daniel Capitanich y Juan Carlos Arcando. Por el movimiento obrero participaron los triunviros de la CGT Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicio) más los secretarios generales Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y Antonio Caló (UOM).
“Nos reunimos frente al fracaso del gobierno nacional”, fueron los dichos de Rodríguez Saá al retirarse del encuentro y encontrarse con los periodistas. “Nosotros somos oposición, no cogobernamos. Queremos ayudar, consensuar para que el gobierno tenga presupuesto para 2019”, señaló Manzur con un tono menos beligerante y bastante más conciliador.
Según lo que pudo saber Tiempo, en el encuentro de dirigentes del PJ se analizó el costo que tendrá para todas las provincias la eliminación del fondo sojero. Se estima que la reducción de ingresos alcanzará una cifra global de 10.409,50 millones de pesos aproximadamente. Se tanteó la posibilidad de acordar una estrategia unificada en ese sentido.
En la charla quedaron en evidencia diferencias profundas a la hora de plantear cómo debe ser la relación entre el oficialismo y la oposición peronista. Sobre todo en este contexto enrarecido, de mucha incertidumbre y crisis abierta en lo económico. Algunos, como Rodríguez Saá, dijeron que es inaceptable votar el presupuesto 2019 y consideraron que la lucha por impedir el ajuste del FMI debe ser una de las claves para la unificación del justicialismo. Otros mostraron diferencias con esa postura. En la conversación, con mucho cuidado, se barajaron escenarios institucionales ante una eventual propagación de la crisis.
Un acuerdo que parece estar creciendo entre los gobernadores es convencer al FMI que la segunda parte de la asistencia financiera a la Argentina debe negociarse y ejecutarse cuando haya un gobierno relegitimado por nuevas elecciones, de eso se desprende que en el peronismo cada vez consideran más factible un adelantamiento del llamado a las urnas.