Una foto, en política, es una foto. Ni más ni menos. Puede ser una imagen que retrata un momento, pero también puede ser un mensaje cifrado, con varios destinatarios en simultáneo.
La foto colectiva que retrató a todos los referentes territoriales y legislativos del peronismo bonaerense posando juntos en el polideportivo municipal Alberto Balestrini de La Matanza tiene esas características. Todas las corrientes internas del justicialismo de la provincia más poblada del país eligieron terminar el 2016 con una postal nada naif, tampoco inocente. Lo resumió bien el inoxidable Jorge Landau, diputado nacional (FpV) y uno de los apoderados del partido. «Terminamos el 2016 mucho mejor de lo que lo empezamos», graficó en diálogo con Tiempo. Y advirtió: «Ahora tenemos a todos los posibles competidores, que representan distintas opciones para las elecciones de octubre, en la misma línea de largada y bajo el paraguas del peronismo».
«El peronismo bonaerense está en una nueva etapa. Vamos hacia un gran frente electoral políticamente unidos, organizativamente coordinados y comunicacionalmente renovados, modernizados y abiertos a las nuevas tecnologías», se sumó Fernando Espinoza, anfitrión del Congreso en La Matanza. El justicialismo y el kirchnerismo saben que, en la baraja actual de nombres, muy pocos garantizan un resultado por encima de los 20 puntos: Cristina Fernández, Daniel Scioli y Florencio Randazzo, aunque el ex ministro hoy mide poco. Y, aunque no esté en las filas del PJ, también está la opción de acercarse en unos meses a Sergio Massa, al que algunos caciques del PJ buscan repatriar a la gran familia del panperonismo. El gran interrogante es qué hará Cristina.
Un sector no desdeñable de la dirigencia justicialista preferiría que la ex presidenta no compita. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y la figura de CFK se consolida como figura de oposición, con encuestas que la muestran con números altos y hasta creciendo en el interior bonaerense, ese sector del peronismo oculta provisoriamente sus preferencias. Y espera.
Aunque hay excepciones, como Julián Domínguez, cercano a Randazzo (ambos tienen influencia en la 4ª sección electoral bonaerense, noroeste de la Provincia). «Este tiempo requiere nuevos liderazgos. No se puede poner vino nuevo en vasijas viejas», declaró el jueves a FM Millenium. «A Julián, con quien tengo una muy buena relación, le voy a contestar con otra frase bíblica. Antes que mirar la paja en el ojo ajeno hay que reparar en la viga del propio. Si en medio de esta coyuntura de persecución e intento de proscripción, algo que el peronismo ya vivió, dirigentes con experiencia dicen que Cristina es lo viejo, eso no colabora para nada», planteó ayer el intendente de San Antonio de Areco, Francisco «Paco» Durañona.
Elegido por el congreso partidario como uno de los siete nuevos apoderados que actuará junto a Landau y De Pedro, Durañona acaba de recibir los resultados de una encuesta basada en una muestra de 800 personas sobre 30 mil habitantes. Es la primera vez, desde los días de la elección presidencial de 2011, que Cristina aparece primera en Areco, enclave tradicional del norte bonaerense. En segundo lugar figura Margarita Stolbizer. «