Tras el acomodamiento interno del peronismo, la administración Fernández se dispone a encarar la pelea más dura después de la pandemia: la negociación con el FMI. Algunos integrantes del gabinete coinciden en señalar que ahora sí lo ven empoderado a Alberto Fernández para plantarse y negociar. Incluso, para dejar en evidencia a la oposición si es que no se suma a la convocatoria del “plan plurianual” del que todos hablan pero del que nadie abunda en detalles.
Un ministro cercano al presidente enumera un continuado de hitos de empoderamiento y recuperación de la centralidad de Alberto Fernández que arrancó el domingo pasado a la mañana cuando el presidente vota y dice que no tiene previstos cambios en el Gabinete tras la elección, como había sucedido en las PASO. Luego, sigue con el resultado del domingo, cuando Alberto pone en valor la importancia de la recuperación de votos y termina en el acto del miércoles, el primero que protagoniza el presidente solo, como dirigente peronista ante la multitud, “en diálogo directo con el sujeto colectivo”. Es que ceñido por la pandemia, pero también por los consejos electorales, Fernández no había tenido nunca su propia plaza. “Ahora está bien, cómodo, seguro, se le nota en el tono, en la cara”, relatan.
Desde ambos lados confirman que esa centralidad de la figura presidencial también es producto de un acuerdo entre los sectores kirchneristas y albertistas, tras el huracán post PASO. De hecho, la propia Cristina Fernández se corrió de la escena triunfalista del búnker cuando se supo de la remontada, y también de la mega movilización, a la que no faltó ningún otro dirigente. La marcha del Día del Militante pasó de ser un acto sectorial, casi defensivo de Alberto, a una movilización de toda la militancia. Por eso, cuentan que mandó a retirar las filas de sillas que se habían instalado adelante del escenario, y así permitir el ingreso de las columnas que venían desde ambas diagonales y Avenida de Mayo. “Es el día de la militancia, no de la dirigencia”, argumentaban algunos. Es que también fue un día de festejo de otro empoderamiento: el del territorio, que se expresó tanto en las columnas de los intendentes como en las de las organizaciones sociales.
Feliz, después del festejo público, el presidente invitó a los intendentes a cenar en Olivos, junto con el gobernador Axel Kicillof y varios ministros. El objetivo fue agasajar al compacto grupo de 30 jefes comunales de la primera y tercera sección electoral que fueron los que frenaron el embate de la derrota nacional por 8 puntos, ya que evalúan que “habría sido mucho peor si la Provincia de Buenos Aires no se hubiese puesto la elección al hombro”.
El anuncio presidencial de convocar a unas PASO generalizadas “desde el último concejal hasta el presidente” para 2023 sirvió para empezar a suturar las heridas. “Una nueva arquitectura electoral”, dijo, elegante, el gobernador chaqueño Jorge Capitanich. “Son reglas internas iguales para todos”, sintetizó un ministro. “Es la institucionalización del Frente de Todos”, coincidían varios, hasta el titular de la Cámara Baja, Sergio Massa, anotado en la carrera presidencial para 2023 desde el día uno de la administración Fernández.
Es que mientras que ahora todos reivindican las PASO, muchos le adjudican la derrota a la conformación de listas únicas en Provincia y en los municipios. Por un lado, los intendentes se quejaron por haberse quedado afuera de la confección de las boletas en muchos distritos, y por otro, desde La Cámpora aseguran que cuando se estaban discutiendo las listas, Máximo Kirchner planteó una boleta con Santiago Cafiero, Luana Volnovich, Malena Galmarini y Carlos Bianco a la vez que propuso usar las PASO para incluir más candidatos “y no se pudo por diferentes motivos”. Es más, destacan que en Quilmes, donde gobierna Mayra Mendoza, y en Lanús, donde se postuló Julián Álvarez -ambos dirigentes camporistas-, fueron a internas. “Son una herramienta más, nosotros no solo estamos de acuerdo, sino que las usamos”, enfatizan. De hecho, el diputado Kirchner quedó casi en soledad durante el invierno en medio de la pandemia al seguir sosteniendo la vigencia de las PASO, cuando muchos las desestimaban bajo argumentos sanitarios y hasta fiscalistas.
Más allá de los reproches tardíos, el peronismo parece haberse ordenado y hasta encontrado un método más objetivo de organización interna, lo que despeja el camino hacia la próxima parada: la negociación con el FMI. Pero fuentes del gabinete aseguran que del otro lado “está difícil, porque no está clara la línea política que va por un lado y la técnica, por el otro”. Marcan que el presidente quiere cerrar un acuerdo y sacar el tema de la agenda porque, de otro modo, sigue siendo un problema para la economía doméstica. En cuanto a la convocatoria al diálogo con la oposición, el oficialismo se tiene fe. Su estrategia será obligarlos a tomar posición, a resolver. Habrá que ver qué decisión adopta la fuerza política que originó el mega endeudamiento. «
El presidente recordó la Vuelta de Obligado
El presidente, Alberto Fernández, funcionarios, gobernadores y otros dirigentes del Frente de Todos (FdT) conmemoraron en redes sociales el Día de la Soberanía Nacional, al cumplirse este sábado 20 de noviembre 176 años de la batalla de la Vuelta de Obligado, cuando las tropas nacionales, en 1845, lucharon en una particular zona geográfica del Río Paraná, en el municipio bonaerense de San Pedro, contra la flota anglofrancesa en defensa de los intereses nacionales.
«La Vuelta de Obligado fue central para independizarnos. Conmemoramos la valentía y la inteligencia de quienes lucharon en defensa de nuestra tierra», aseguró el presidente en su cuenta de Twitter.
En ese sentido, el jefe de Estado pidió recordar «a esos hombres y mujeres, y tengamos presente las luchas que debemos dar hoy por nuestra patria».
Entre los ministros que se expresaron, el titular de la cartera de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, publicó: «En este nuevo homenaje a los héroes de la Vuelta de Obligado seguimos construyendo nuestra soberanía económica, política y cultural. Somos un pueblo fuerte y laburante que jamás renunciará a ser libre».