Estoy realmente abrumado porque, después de tanto tiempo, no lo esperaba. Es absolutamente emotivo. Ayer me mandaron de la sastrería militar mi uniforme y me lo volveré a poner esta tarde, decía emocionado Juan Jaime Cesio 30 años después de que el ejército lo hubiera degradado por deshonor e indecoro que murió el sábado 24 a los 91 años.
Cesio fue además uno de los fundadores del Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA), que se formó en 1984, integrado por uniformados que querían poner a las Fuerzas Armadas en sintonía con los valores de democracia y la Constitución nacional. En ese centro, Cesio prestó colaboración para que pudieran avanzar los procesos judiciales contra los responsables de delitos de lesa humanidad.
Los represores ganaron lo que llamaron guerra, pero perdieron la paz. Mataron, torturaron, capturaron niños, discriminaron, se apoderaron de vidas y haciendas como señores feudales, los convirtieron en esclavos de la gleba por afán de poder, ambición sin freno y desprecio con sus conciudadanos, dijo Cesio cuando el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner le restituyó el grado que le habían quitado los militares por denunciar las prácticas criminales de la dictadura.
Cesio fue secretario general del Ejército en 1973, cuando el entonces jefe de la fuerza, general Jorge Raúl Carcagno, denunció en la X Conferencia de Ejércitos Americanos la llamada «Doctrina de la Seguridad Nacional», orientada a la represión interna y precedente del terrorismo de Estado ejercido luego durante la última dictadura.
Bandas integradas por militares han usurpado el gobierno y con el mendaz propósito de combatir la subversión, cometieron delitos aberrantes, como el secuestro, la tortura y el asesinato de miles de personas, fue la declaración que lo puso bajo la lupa en 1977. Las palabras fueron dichas luego de haber participado en una marcha con las Madres de Plaza de Mayo que reclamaban por sus hijos desaparecidos.
La actitud le valió una condena de por vida por deshonor e indecoro militar, impuesta por un tribunal castrense. Durante el juicio en el que se lo condenó, que se realizó meses antes de que comenzara la democracia alfonsinista, se especifica el coronel Cesio con esa actitud intelectual privilegia equivocadamente su condición de ciudadano sobre la militar.
Sí, es cierto. Aunque nadie lo crea. El coronel argentino Juan Jaime Cesio fue descalificado por falta gravísima al honor con accesoria de pérdida del uso del grado, título y uniforme, por la dictadura militar de la desaparición de personas. La medida la tomó el general Bignone, sí, aquel que cerró el período de la infamia. Para vergüenza de la democracia argentina, esa medida sigue siendo válida, escribió Osvaldo Bayer en una de sus Contratapas en Página 12 publicada en 2005. Efectivamente, la sanción estuvo vigente durante tres décadas.
Ya como fundador de CEMIDA, Cesio expresó a través de un documento presentado en el Encuentro de Militares para la Paz y la Democracia de Chile su postura ante la actividad militar. En los tiempos que corren, la divisa es o debiera ser: si quieres la paz, prepárate para la paz. Los militares sirven a la democracia en su profesión y se integran a su país como ciudadanos. Como militares obedecen, como ciudadanos hacen uso de las libertades que la Constitución les otorga, a la que defienden en todos sus órdenes; de entre ellos, el de velar por la paz. ( ) Se podría comenzar con tratados internacionales de desarme. Es insensato que en los presupuestos se destinen a la compra de armamentos recursos que servirían para paliar la desnutrición y cuidar la salud, entre tantas necesidades impostergables que nos conmueven. La tenencia de armas por parte de los ciudadanos debe ser restringida y ni siquiera debe aceptarse las que los niños usan para JUGAR.
La restitución de su grado militar, el 23 de marzo de 2006, el presidente Néstor Kirchner también homenajeó al coronel Martín Rico, asesinado por la Triple A mientras investigaba a ese grupo paramilitar, investigación con la que había logrado anticipar los métodos que iban a ser empleados durante la dictadura. En ese acto, Kirchner pidió el ascenso de Cesio a general de brigada, nombramiento que había sido interrumpido por José López Rega en el Congreso.
Cesio murió tras ser internado por una neumonía y sufrir un cuadro de sepsis pulmonar. La noticia fue anunciada y confirmada por su hija Guillermina a través de su página de Facebook: Querido papá escribió, te fuiste con todos los honores. No puedo estar más triste y más orgullosa… lo que siento es muy profundo. Deseo tengas toda la paz del mundo. Me enseñaste lo más importante: tu valentía y honradez nos marcó a todos.