La corrección política que pudo mantener el gobierno de Cambiemos en su discurso respecto de la última dictadura duró hasta el segundo aniversario del golpe que afrontó Mauricio Macri como presidente. Este 24 de marzo la Casa Rosada aprovechó la conmemoración para que el interbloque de diputados de Cambiemos hablara de una «celebración» de la fecha con dos fotos de buena parte de sus integrantes con dos mensajes distintos, pero igualmente provocadores. «Los derechos humanos no tienen dueño», agitó uno, con los colores de Cambiemos de fondo, y el segundo, un poco más largo, y con fondo negro, tenía dos frases: «Nunca más a los negocios con los Derechos Humanos» y «Nunca más a la interrupción del orden democrático». Ambas imágenes circularon en las redes con la misma velocidad que tuvieron para cosechar repudios, críticas y respuestas de los organismos de Derechos Humanos. La agitación, que tuvo resquebrajamientos internos dentro del oficialismo, fue una parte de la ofensiva que continuó el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, antes de partir hacia Holanda para sumarse a la comitiva que encabeza Macri. «Tenemos que saber cuáles son los datos reales», disparó el funcionario, porque «30.000 fue una construcción, una búsqueda de verdad y justicia, que ayudó a la salida a la democracia», pero «El Nunca Más marca 8500 personas y el Parque de la Memoria no llega a 10 mil personas», aclaró.
Los números no son ninguna novedad, como tampoco las revelaciones que se conocieron con la desclasificación de documentos del Departamento de Estado de 1978 y que establece que la cifra de opositores políticos asesinados supera los 23.000. Más allá de los matices, el oficialismo buscó profundizar la polarización que construye a partir de la hipótesis de la «Memoria Completa», un producto discursivo que reanima la Teoría de los Dos Demonios y que intenta poner en duda la legitimidad del masivo reclamo que ocurre cada 24 de Marzo en distintas ciudades del país y que este viernes se multiplicó en toda la geografía del país.
Dentro del Congreso, el operativo fotográfico de Cambiemos generó algunos cimbronazos en el gobierno. «Nos cayó como una pésima noticia y en el peor momento, pero estamos en un país con libertad de expresión y consideramos el pronunciamiento como opiniones personales de los diputados, no como la voluntad del partido de gobierno», se atajó una fuente cercana a Avruj, para despegarlo del repudio que cosecharon ambos mensajes. El repudio que deslizan las fuentes del área de Derechos Humanos de la Nación se limita a las formas del mensaje y no a su principal contenido.
Algo parecido pasó entre los diputados de Cambiemos, especialmente con Pablo Tonelli y con el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. «No estuve porque no estaba de acuerdo con el mensaje. Me pareció que había consignas mejores como poner «Democracia para siempre», «Nunca más golpes de Estado», «Nunca más desaparecidos». Soy sumamente progresista y a veces tengo algunas diferencias con mis compañeros del bloque. No se pensó mucho en el tema de la consigna, alguien se ocupó de poner una que le pareció, nadie pensó mucho sobre la conveniencia o no de esa consigna. Cuando apareció un cartel que me pareció inadecuado me retiré de la foto», se excusó Tonelli.
Monzó no dijo una palabra y se limitó a no aparecer en la secuencia de la polémica. Detrás del faltazo fotográfico de Monzó algunos de sus allegados hacen propias las palabras de Tonelli y apuntan a la Casa Rosada como impulsora de la movida, promovida desde las oficinas del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Desde la coordinación ministerial ratifican que la marchas del 24 en todo el país por el Día Nacional de la Memoria fueron actos de «fanáticos».
El juego de las diferencias
La gobernadora María Eugenia Vidal buscó tomar distancia de ese operativo discursivo y anunció, junto al secretario provincial Santiago Cantón, la digitalización de 2,4 millones de partidas de nacimiento realizadas entre 1975 y 1981. La medida fue implementada en respuesta a un reclamo histórico de Abuelas de Plaza de Mayo para agilizar la búsqueda de hijos de desaparecidos y colaborar con la Justicia. A diferencia del presidente, que solo mencionó un párrafo del Nunca Más por su cuenta de Twitter y no protagonizó ningún acto oficial, la mandataria bonaerense se dejó fotografiar en la sede del Registro de Personas de la Ciudad de La Plata con Cantón.
El funcionario de Vidal también fue categórico en diferenciarse de Avruj. «La cifra de 30.000 no se discute», dijo en diálogo con Tiempo (Ver aparte). Avruj no dijo una sola palabra para destacar el avance provincial y, en su lugar, sostuvo que, junto al Ministerio de Educación, empezarán a «revisar los contenidos educativos de la historia de esta Argentina reciente, de cómo se transmite y sacarle este aditamento falso, ideológico, heroico». Ante las consultas de este diario, desde el equipo de Avruj explicaron: «Hay un montón de derechos que hay que agregar a los programas educativos como diversidad sexual, migrantes, de género y otros que deberíamos hacer visibles. Tenemos la voluntad de avanzar en esto para que los alumnos puedan aprender esos derechos». Los mismos voceros negaron que Avruj haya apuntado a reintroducir la teoría de los dos demonios a la currícula educacional argentina. A su alrededor niegan que exista una disputa abierta con la oposición con respecto a la interpretación de la última dictadura cívico – militar, una aclaración que no se verifica en territorios como Morón, donde el jefe de Gabinete del intendente Ramiro Tagliaferro convocó al personal municipal a ganar espacio durante el acto oficial en el ex centro clandestino de detención Mansión Seré. «Convocamos a que estén a las 11, porque la idea es que podamos ocupar espacios disponibles antes que la oposición», llamó el funcionario a todos los concejales de Cambiemos para evitar que les copen la parada. «