Hace dos semanas se produjo un hecho gravísimo en Villa María. La fiscal Companys que tiene un largo historial de procedimientos irregulares, de persecución, que incluyen acusaciones de tortura y tratos crueles contra testigos e imputados, detuvo en un operativo insólito a una reconocida luchadora contra la trata de personas, Alicia Peresutti.

Alicia había cometido el crimen de enfrentarse a ciertas mafias que gozarían del favor de la fiscal y su sector político; y para colmo de males, pronunció abiertamente su admiración por el papa Francisco en el marco de una evidente campaña y hostigamiento contra su figura por parte de la ultraderecha argentina. Asimismo, Companys, una férrea opositora al peronismo, intentó realizar la detención en el marco de un acto del candidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, para montar un show mediático frustrado por la simple y sencilla razón de que Alicia no estaba presente.

Esta detención, o más bien esta privación ilegítima de la libertad, es un acto más de la guerra judicial que en forma totalmente impune se lleva adelante en todo el territorio nacional contra militantes sociales, ambientales, y luchadores por los Derechos Humanos. Jueces y fiscales amparados en el anonimato bajo la protección de una Corte Suprema de Justicia de la Nación que defiende con uñas y dientes los privilegios monárquicos de una verdadera casta corrupta hasta el tuétano, pisotean cotidianamente la Constitución y las leyes violando los derechos de las víctimas de todo tipo de delitos, sean estos delitos comunes, como el robo de un celular, homicidios, femicidios, o crímenes complejos como el narcotráfico y la trata de personas. Del mismo modo, se producen detenciones arbitrarias, se encarcelan personas inocentes, las cárceles no son espacios de reinserción social sino lugares de tortura y de promoción del delito, y los juicios demoran añares. ¿Hasta cuándo vamos a soportar que un poder dirigido por magistrados a los que nadie elige dañe la vida cotidiana de nuestra gente sin que nada pueda hacerse al respecto? ¿Acaso ese es el orden republicano?

Voy a contarles un poco sobre Alicia:

Para quienes no la conocen, ella trabaja desde hace 26 años junto a las víctimas de trata con fines de explotación sexual, bastante antes que se denominara de ese modo. Aquella tarea la encaró junto a un Pastor Evangélico y otra compañera en Villa María. Además trabajaba con algunas mujeres en situación de calle y prostitución. Allí dieron nacimiento a la organización “Vínculos en Red” que durante muchos años no tuvo personería y recién ante la necesidad de construir un refugio para las víctimas de trata es que encararon la constitución legal de la organización. No les fue sencillo, sobre todo porque en su objeto pusieron explícitamente que la constituían para luchar contra la trata y el narcotráfico. A lo largo del tiempo denunciaron sin temor y tocaron intereses muy oscuros.

Alicia Peresutti trabaja contra la trata de personas hace 26 años.

Durante todo este proceso han trabajado en red con muchas ONG, universidades, gobiernos, organismos nacionales e internacionales, iglesias. Han impulsado congresos, publicaciones, diplomados. Ella insiste que sin solidaridad esta labor sería imposible. Realizan tareas de prevención, que hoy necesariamente implica trabajar con adicciones, principal forma de “enganche” en la redes de trata. Hoy narcotráfico, adicciones y trata con fines sexuales forman un triángulo que debe atacarse de conjunto, y eso hacen desde la ONG.

Alicia tuvo una vida muy dura vinculada a su causa de militancia y pudo salir adelante. Tiene 5 hijos, uno de ellos adoptado. En el año 2013 tuvo que sufrir no sólo persecuciones y amenazas hacia ella, sino también el ataque a uno de sus hijos. Graciela, compañera de militancia de Alicia, siempre quiso trabajar los problemas de consumo en niños de forma preventiva. Esa es la razón por la que construye Mama Antula, ONG de la que Alicia no forma parte, aunque camina junto y solidariamente a Vínculos en Red. Además Alicia en particular nunca manejó dinero porque no era su función.

La fiscal Companys alegó una supuesta Asociación Ilícita para poder vincularla de algún modo a los supuestos desmanejos en la rendición de un financiamiento estatal (negados categóricamente por Alicia y cuanta persona consultes en Villa María, ingeniería que la fiscal supone a partir de una conversación en un grupo de whatsapp de quienes colaboran en la administración de la ONG). 

Companys acumula antecedentes de actuaciones, si no arbitrarias y desproporcionadas, al menos polémicas. Imputó al intendente de Villa María, Martín Gill, en dos oportunidades y a otros funcionarios municipales, y ha sido también denunciada por testigos por los hechos que sucedieron en el marco de diversos interrogatorios.

Pedimos que se actúe con el respeto y cuidado que merece cualquier ciudadano, pero en particular una persona que, como Alicia, ha demostrado con su testimonio de vida, estar junto a quienes más sufren y más solas se encuentran frente a mafias gigantescas y violentas que las cooptan, explotan y descartan para beneficios económicos de muy pocos. Para construir la Argentina Humana que queremos es necesario cuidar y solidarizarse con personas como ella frente a los atropellos y arrebatos de un poder judicial que actúa con la impunidad de saberse respaldado.