La elección en la Ciudad de Buenos Aires, para el frente Unidad Porteña, trajo como novedad la recuperación del segundo lugar, aunque sin incrementar demasiado el caudal electoral. Los 20 puntos de núcleo duro kirchnerista de Capital Federal son fieles, pero siguen siendo un techo difícil de romper. El retorno a la medalla de plata se explica en gran medida por la caída de Martín Lousteau, que perdió la mitad de los votos que había sacado en la primera vuelta para jefe porteño, en 2015, y sacó sólo 13 por ciento. Todo ese caudal se fue de modo monolítico a las arcas de Elisa Carrió, que con casi 50% le permitió al macrismo lograr una de las mejores votaciones de su historia en una elección de medio término.

En el búnker de Unidad Porteña (UP) el clima fue de tranquilidad. El resultado coincidió con las cifras que arrojaron la mayoría de las encuestas que midieron la contienda capitalina en los últimos días, así que no hubo sorpresas, ni tristes ni alegres. Los números eran los que se esperaban.

La única fuerza que tuvo competencia interna en las PASO de Capital fue UP. Un dato que rompió los prejuicios que le adjudican al peronismo un verticalismo férreo que supuestamente no permite la democracia hacia adentro. La campaña de las tres listas que compitieron, la que encabezaba Daniel Filmus, la de Guillermo Moreno y la de Itai Hagman, fue pacífica, prácticamente no hubo “ataques” entre los rivales.

Los resultados, al cierre de esta edición y con el 98% de las mesas escrutadas en la Ciudad, arrojaban que la lista Unidad Ciudadana, la que encabezaba Filmus, lograba el 75% de los sufragios dentro del caudal de UP. La de Moreno conseguía 13,5 y la de Hagman 11 puntos. Con estos números, no se aplicaría el sistema d’Hont para que las nóminas que perdieron puedan participar de la lista definitiva. El acuerdo interno que se había hecho era que, para disparar el d’Hont y entrar en la nómina que competirá en octubre, había que lograr como mínimo el 15% de los votos sobre el caudal que lograba el frente. El ex secretario de comercio fue el que más se acercó a este número pero le faltó 1,5 puntos para llegar.

De acá a octubre, el desafío de UP, despejada la competencia interna, es romper el techo de los 20 puntos. El universo de votantes no es infinito. El caudal de Lousteau es el que queda como para tratar de sumar. Quizás el haber pasado las internas de modo no traumático sirva para potenciar una campaña que fue bastante opaca, en la que hubo poco despliegue desde todos los aspectos que se quieran analizar, ya que crecer es el desafío.