El debate sobre el impuesto extraordinario a las grandes fortunas abrió una marcada fisura en Juntos por el Cambio. Mientras el radicalismo consideró “razonable” la propuesta del oficialismo, aunque con reparos, en el PRO salieron a relucir sus históricas posiciones ideológicas y sostuvieron que “no compartían conceptualmente” la iniciativa del Frente de Todos.
Todos los sectores -hay que remarcarlo- se mostraron dispuestos a debatir en el Congreso distintas formas de fortalecer las arcas del Estado ante el parate productivo en el marco de la cuarentena obligatoria por la pandemia.
La reunión que mantuvieron el viernes los líderes de los bloques parlamentarios de manera virtual con el presidente Alberto Fernández colaboró en el consenso para avanzar en el debate del proyecto de ley que el Frente de Todos presentará en la Cámara de Diputados -probablemente la próxima semana- mientras se sigue estudiando la modalidad de sesión.
Los dirigentes políticos de diversos partidos que están en áreas de gestión presentan una relativa coincidencia de opiniones en la necesidad de buscar recursos económicos en un sector que tenga espalda para poder contribuir en el marco de la emergencia sanitaria. En el Congreso, sin embargo, las diferencias son mucho más marcadas. Dentro del espacio que preside Mario Negri (Juntos Por el Cambio) hay opiniones cruzadas con respecto a lo que ya se conoce del espíritu del proyecto.
En diálogo con Tiempo Argentino, el diputado radical por la provincia de San Luis Alejandro Cacace señaló que “es razonable que el tributo recaiga sobre la persona y que sea de carácter extraordinario. Las empresas hoy están muy golpeadas por la crisis y con dificultad de pagar los salarios”. “Si la idea es el algo puntual sobre las personas físicas de grandes fortunas para que hagan un aporte específico en este contexto, es razonable”, insistió el radical.
No fue igual la postura del diputado Álvaro González, representante del PRO por la provincia de Buenos Aires. El parlamentario señaló que su bloque aún no fijo una posición. Sin embargo, le dijo a este diario que “conceptualmente” está en contra de la iniciativa. “No se sale de una crisis como la que estamos cobrando más impuestos. Ojalá se saliera así. Si cobrarles más impuestos a 12 mil contribuyentes resuelve la situación económica de la Argentina, nadie podría estar en contra. Pero creo que lo que va a necesitar el país el día que termine la crisis sanitaria va a ser incentivo para la inversión”, manifestó.
En el resto de las bancadas opositoras también hay posturas diferentes a la oficial .Desde el Frente de Izquierda, tanto Nicolás Del Caño como Romina del Plá insistieron en que el proyecto debería ir más allá y proponer la creación -además- de impuestos extraordinarios para aquellas personas que sean propietarias de extensas superficies de tierra de elevada valuación, un impuesto progresivo a las viviendas ociosas utilizadas para la especulación inmobiliaria y también a la rentabilidad financiera.
En el oficialismo hay un clima de relativo optimismo frente al debate y confianza en que se contará con el acompañamiento necesario a la hora de tratar el proyecto de ley en el Congreso, tanto en Diputados como en el Senado. Al respecto, el diputado nacional del FdT por Neuquén, Darío Martínez, aseguró: “Esta guerra se gana no con armas sino con herramientas, y esas herramientas son recursos”.
Martínez le dijo a Tiempo que aquellos que “tienen grandes riquezas son los que deben hacer el aporte, tal cual lo establece la Constitución cuando habla de empréstito forzoso para situaciones extremas”. “Y hoy estamos frente una situación extraordinaria que necesita herramientas extraordinarias como esta ley”.