El Gobierno avanza con la reforma electoral y giró este jueves el proyecto de ley que elimina las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), así como el que suspende los aportes extraordinarios para los partidos. Todavía no está claro si pedirá una prorroga de sesiones ordinarias o el paquete entrará en el periodo de extraordinarias.

Aunque en la Casa Rosada se muestran decididos a avanzar, tras el empiojamiento de las negociaciones por el Presupuesto 2025, hay un débil acompañamiento por parte de los espacios opositores que, además, al ser proyectos de índole electoral exigen una mayoría especial. Además, los libertarios en esta ocasión no contarán con el respaldo del PRO y la UCR que anticiparon estar en contra de la supresión de las PASO, porque las necesitan para ordenar sus espacios políticos en las provincias.

Según la letra chica del Poder Ejecutivo, uno de los proyectos que ingresó esta tarde a la Cámara que preside Martín Menem tiene como principal objetivo la eliminación de las PASO. En sus argumentos sostiene que representan un gasto innecesario que podría ser reasignado a otras áreas. Además, se propone modificar el régimen de financiamiento de los partidos para reducir el gasto público y “aumentar la transparencia”, enfocándose en cómo se financian las campañas más que en cuánto se gasta. También desincentiva la creación de partidos nuevos y el sostenimiento de sellos que tienen nula representatividad.

En cuanto a los cambios en el financiamiento de los partidos, el Gobierno propone erradicar los espacios de publicidad gratuita y endurecer las reglas de caducidad de los partidos (con un aumento del porcentaje de votos necesarios para mantener su registro). Son dos ejes que probablemente generarán ruidos en el debate, si se tratara, porque perjudicarán a los partidos chicos. La única medida para incentivarlos es facilitar la inscripción de afiliados por medios digitales.