El Gobierno definirá esta semana si convoca a sesiones extraordinarias del Congreso en la segunda quincena de febrero para tratar dos iniciativas clave del oficialismo: el financiamiento de la campaña electoral de cara a los comicios de este año y el castigo a los barrabravas que cometan delitos en espectáculos deportivos.
Uno de los hombres fuertes de Cambiemos en la Cámara baja le confesó a la prensa acreditada que una convocatoria a extraordinarias no tendría sentido. Sin embargo, resaltó que el llamado es “potestad del Presidente” quien está particularmente interesado en el proyecto contra la violencia en el fútbol.
“Nuestra recomendación como bloque es esperar hasta el comienzo del periodo ordinario y así usar los tiempos a nuestro favor”, dijo el diputado. Y agregó que abrir el Congreso de manera anticipada conlleva un riego innecesario para Cambiemos.
Las fuentes legislativas consultadas por Tiempo señalaron que algunos miembros del Gabinete comparten la postura de mantener sin actividad al Congreso hasta la apertura del período ordinario. Sin embargo, relativizaron el efecto político de ese consejo: «Dar esa opinión no define nada porque él que decide es el Presidente”.
El panorama en el oficialismo es complejo. No sólo porque arrastra la misma debilidad parlamentaria con la que concluyó el año pasado, sino que además tiene al Presidente del interbloque, Mario Negri, trabajando para su propia candidatura a gobernador de Córdoba. Así las cosas, sin Emilio Monzó, que sigue siendo el presidente de la Cámara, pero ya adelantó su salida de Cambiemos, y sin Negri, la articulación para buscar mayorías se vuelve casi imposible.