Después de varios meses de tensión, el Gobierno convocó para este martes a la mesa chica de la CGT y al G6, el selecto grupo que nuclea a los empresarios más importantes del país. El encuentro será el primero de la renombrada mesa tripartita que el oficialismo busca conformar desde septiembre para avanzar en reformas claves en el ámbito laboral que cuenten con el visto bueno de todas las partes y así evitar eventuales escaladas de conflictos.

Según pudo saber este medio, la invitación se extendió desde el gobierno hacia ambas terminales hace algunas semanas. Con la CGT todavía en duda, el encuentro tendrá lugar a las 17 hs de mañana en Casa Rosada y estará encabezado por el jefe de gabinete, Guillermo Francos y el viceministro del Interior, Lisandro Catalán. Los socios vitalicios del ala moderada del gobierno libertario recibirán en el Salón de los Escudos de la planta baja a Mario Grinman (Cámara de Comercio); Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio); Gustavo Weiss (Cámara de la Construcción); Daniel Funes de Rioja (Unión Industrial Argentina); Marcos Pereda (Sociedad Rural) y Andrés Walls (Asociación de Bancos de capitales nacionales).

En tanto, y a pesar de mantener en total hermetismo la decisión de participar o no de esta convocatoria, la tercera silla estará ocupada por la mesa chica de la CGT, encabezada por Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (SOESGyPE) y Octavio Argüello (Recolectores). El secretario Regional de Camioneros en Tres de Febrero y San Martín hará su debut luego de la turbulenta salida de Pablo Moyano, quien dejó el triunvirato por diferencias profundas con sus compañeros de espacio.

En tanto, y si bien ninguna de las partes confirma que haya un temario cerrado, lo cierto es que hay un particular interés tanto en el gobierno como en el G6 de poder avanzar en una reforma laboral que tenga el apoyo del sindicalismo.

Como contó este medio, se buscarán concretar las modificaciones que el oficialismo intentó habilitar con la presentación del DNU 70/2023 y la justicia laboral frenó luego de las cautelares que presentaron varios gremios. Entre los cambios, estarían la posibilidad de limitar el concepto de “irrenunciabilidad” establecido en la Ley de Contratos de Trabajo y poner fin a la ultra actividad de los convenios, entre otros cambios claves que tendrán un efecto directo en los trabajadores y sus derechos.

La cumbre entre la central obrera y el gobierno se da, además, en medio de las acusaciones que lanzan desde la oposición sobre un aparente acuerdo con el oficialismo. Si bien dentro del sindicalismo no hay intenciones de denunciar esto en público, sin micrófono de por medio no son pocos los referentes que confirman un cese de movilizaciones retribuidas con la dilatación de reformas que puedan afectar a las cajas sindicales. 

Si bien el descontento se homogeniza en varios sectores, el grito más fuerte llegó hace algunos días desde la UMET. Allí, la flamante presidenta del PJ, Cristina Fernández de Kirchner, lanzó con la precisión de un francotirador un dardo al medio de la mesa chica de la Confederación. “En ese momento la CGT paraba”, dijo durante su discurso en referencia a la llamativa inactividad sindical.