El gobierno nacional salió al cruce del paro nacional con posiciones duras desde lo discursivo, ante la magnitud del paro y la eficacia de los cortes de ruta.
Entre los más vehementes estuvo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien espetó: «Estamos hartos de los paros, es el sexto paro que sufre este gobierno, ya sabemos que cuando hay un gobierno que no es del partido de los sindicalistas hay que bancarse los paros. Es algo poco democrático».
En tanto, desde el Palacio de Hacienda se hizo trascender que el titular del área, Nicolás Dujovne, presentó un informe ante el presidente Mauricio Macri en el que estimó que la medida de fuerza produciría una pérdida al país superior a los 40.000 millones de pesos, unos $ 6000 millones más que la protesta del 29 de abril (cuando alcanzó los $ 34.367 millones), cifra que significa un 0,22% del Producto Bruto Interno (PBI) anual.
Conviene aclarar que según Hacienda, el paro reduce en un 0,22% el PBI. Ahora bien, si la cifra correspondiente a la acción de este miércoles supera a la de fines de abril es por la inflación y no porque el PBI crezca: al contrario, la creación de riqueza en la Argentina se encuentra en franco retroceso.
Por su parte, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, señaló que «el paro no sólo es inoportuno, sino que genera un gasto innecesario». Y agregó: «Esto tiene más que ver con los sindicalistas que están pensando más en la carrera electoral que con una manifestación genuina y con el descontento de lo que está pasando. Utilizan a los trabajadores como rehenes».
Sica se explayó sobre la situación de las paritarias, en momentos en que muchos sindicatos, entre ellos los más grandes, están discutiendo salarios anuales o recién firmaron, caso de Comercio. “El paro se da en un momento en el que el Gobierno está avanzando en las paritarias con distintos sectores», dijo y explicó que la mayoría de los gremios «cerraron acuerdos que significaron incrementos cercanos al 30 % con cláusula de revisión. Eso quiere decir que a futuro se podrán corregir los desvíos de los aumentos salariales respecto de la evolución de la inflación». En ese sentido, Sica estimó que hacia noviembre se podrán revisar todos los acuerdos salariales si es que hay “mucha” diferencia con la inflación.